"La ampliación europea puede ser positiva para el mercado del aceite"
Antonio Vallejo no escapa a la frialdad con la que se está viviendo en el medio rural la campaña del referéndum europeo. "Sé que hay que votar el día 20, pero la verdad es que con el trabajo que tengo no he tenido tiempo de leer el Tratado", asegura este olivarero de 45 años de Jaén, que como otros 100.000 paisanos apura los últimos días de la campaña de la recolección de la aceituna, especialmente dura este año porque la ausencia de lluvias apenas ha dado una tregua para el descanso.
Vallejo es consciente, no obstante, de que "es mucho lo que hay en juego" en el futuro diseño de la UE, máxime teniendo en cuenta de que el sector oleícola recibe 1.034 millones de euros anuales de subvenciones comunitarias, de los que 824 millones los reciben olivareros de Andalucía, comunidad que concentra el 82% de la producción nacional. Esa cifra supone la mitad de todas las ayudas agrarias que recibe la comunidad andaluza.
Vallejo se lleva una grata sorpresa cuando es informado de que la Constitución europea dedica tres páginas y siete artículos (del 225 al 232 de la parte III) a la agricultura y pesca. "De alguna manera, los objetivos que se promulgan con la política agrícola común me recuerdan los del Tratado de Roma en mi época de estudiante", indica este agricultor, dedicado de lleno a la explotación olivarera de su familia desde que hace algunos años decidió abandonar su actividad como profesor de Geografía e Historia. Ahora ha cambiado las aulas por el duro trabajo en las fincas con más de 5.000 olivos de regadío y de secano que su familia tiene en las inmediaciones de Martos, epicentro de la mayor comarca olivarera del mundo.
Quizá por su nivel formativo, poco habitual en el sector primario, Vallejo demuestra un conocimiento notable sobre la realidad europea, lo que le hace tener las ideas muy claras acerca del futuro inmediato del sector olivarero. "Quizá lo más positivo del nuevo Tratado europeo es que al aceite de oliva se le abre un mercado muy amplio, de unos 75 millones [más] de habitantes, con la ampliación de la UE, algo que debemos aprovechar", sostiene.
Vallejo cree, no obstante, que aún tendrán que pasar varios años hasta que empiecen a notarse esos beneficios. "La mayoría de los nuevos países de la UE tienen unas rentas muy bajas y el aceite de oliva es aún un artículo de lujo", indica. Como principales amenazas advierte de los recortes presupuestarios que podrían producirse porque "cada vez la tarta hay que repartirla entre más países". En este sentido, le parece especialmente negativa la posible entrada de Turquía, un país eminentemente agrícola.
La inquietud de Vallejo la comparte todo el sector olivarero y hasta el mismo Gobierno autónomo de Andalucía, que ha hecho un llamamiento al sector oleícola para consensuar un plan estratégico que permita ir eliminando la dependencia de las subvenciones comunitarias -garantizadas hasta el año 2013 tras la aprobación de la nueva OCM del aceite- ante el horizonte incierto de qué pasará a partir de 2014. "Estamos en un proceso de ampliación de la UE y la lógica nos hace pensar que las ayudas irán reduciéndose porque el dinero habrá que repartirlo entre más", advirtió el consejero andaluz de Presidencia, Gaspar Zarrías.
Actualmente, la renta de más de 272.000 personas de 300 pueblos andaluces depende del olivar. Pero según el libro El olivar andaluz, editado por la Consejería de Agricultura, el sector está ante la encrucijada de renovarse o morir. El 62% de la superficie de cultivo sería insostenible sin las ayudas comunitarias, según esa publicación. "Lo que me espero a partir de 2013 no es nada bueno", subraya Vallejo, que justifica su visión escéptica en la falta de unidad del sector y las "afrentas" recibidas en los últimos años. "Nos han dado tantos palos, en especial el anterior comisario de Agricultura, Franz Fischler, que es normal que haya desconfianza".
Agricultura y pesca. Artículo III-227.
"Los objetivos de la política agrícola-pesquera común serán incrementar la productividad, garantizar un nivel de vida equitativo [a los productores], estabilizar los mercados, garantizar la seguridad de los abastecimientos y asegurar al consumidor suministros a precios razonables".
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