La Plataforma de Defensa del Castillo de Montjuïc pide que se respete la fortaleza

La paz no está reñida con los cañones. Parece una frase de Napoleón, pero es la opinión de los portavoces de la Plataforma de Defensa del Castillo de Montjuïc, entidad presentada ayer que agrupa a una serie de asociaciones -de momento ocho- comprometidas con conseguir que se respete "la configuración y la imagen tanto externa como interna" de la fortaleza.

En una carta dirigida al alcalde de Barcelona, Joan Clos, la neonata plataforma subraya "la extraordinaria calidad arquitectónica y urbanística" del complejo del castillo y "su larga evolución histórica de dos mil años, que lo hace un testimonio muy valioso del denominado arte abaluartado catalán".

Preocupados por "la adecuación para nuevos usos que cabe pensar que recibirá el castillo de Montjuïc" - en referencia al proyecto de convertirlo en un centro cultural por la paz-, los componentes de la plataforma recuerdan que, según la Ley de Patrimonio, hay que respetar el aspecto de la fortaleza, calificada Bien Cultural de Interés Nacional. Asimismo, consideran que "el mejor uso es su propia exhibición directa de su personalidad artística, técnica e histórica", visto "el valor de autenticidad que respira".

"Nuestro propósito es velar para que se respete el castillo", recalcó ayer Salvador Tarragó, presidente de la asociación Amics del Castell de Montjuïc, integrada en la plataforma e impulsora de la misma. Tarragó, arquitecto y profesor de Arquitectura, manifestó la preocupación ante las "intervenciones espectaculares" planeadas en el castillo, un monumento que, dijo, se caracteriza por su "austeridad". Tarragó subrayó la "independencia" de la asociación que preside y el carácter "civil y apolítico" de la iniciativa, y apuntó que quieren colaborar en la determinación de los usos que se dé al castillo. Se mostró partidario de que el Museo Militar o parte de la colección permanezca en el castillo "contrapuesto a otras exposiciones de entidades pacifistas". El contraste, indicó, sería "enriquecedor". Reconoció que es lógica la prevención social ante las construcciones militares pero "hay que saber distinguir entre la función y el valor de un monumento".