Tres hombres armados logran huir tras asaltar el consulado en Berna

Tres hombres armados lograron huir ayer tras asaltar el consulado español en Berna (Suiza) y tomar como rehenes a dos funcionarios. Tras siete horas de cerco policial, los agentes helvéticos entraron a la legación, pero los secuestradores habían escapado. Anoche se desconocía tanto su nacionalidad como sus intenciones. El ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció mayor seguridad en todas las legaciones.

Los pocos detalles dibujan un relato inconcreto y misterioso del asalto al consulado español. Según la versión de la policía suiza, tres hombres armados con una pistola y varios cuchillos entraron al consulado español poco antes de las ocho de la mañana.

Tras reclamar al único funcionario presente que les abriese la caja fuerte, se percataron de la llegada del chófer de la legación y uno de los atacantes salió para secuestrarle también. Resultó herido (anoche permanecía ingresado si bien no se temía por su vida) pero logró huir y avisar a las autoridades. Después llegó otra empleada del consulado a la que sí lograron meter en el edificio, situado en Marienstrasse, una de las calles del barrio diplomático de Kirchenfeld de la capital administrativa de la Confederación Helvética.

Tras poner cerco a la zona, según la misma versión, hacia las once de la mañana los agentes logran comunicar con los retenidos mediante "signos manuales" y éstos salen de la legación. Más de tres horas después, a la una y media, el Comando de Crisis de Rehenes entra en el edifico, que encuentra vacío. Las autoridades suizas asumen que los secuestradores marcharon antes de que se cerrase el cerco policial, hacia las nueve de la mañana.

Dado el estatus diplomático de las oficinas, el Gobierno suizo tuvo que pedir autorización al Ejecutivo español antes de actuar. Pero la decisión no se tomó hasta que llegó a Berna el consejero federal (ministro) de Justicia y Policía, Christoph Blocher, que se encontraba de vacaciones. Entre el primer contacto y la autorización del Ministerio de Asuntos Exteriores español pasaron casi tres horas, según las autoridades suizas.

Abrir la caja fuerte

El hecho de que los atacantes exigiesen la apertura de la caja fuerte sugiere que el móvil no fue político o terrorista sino más bien propio de la delincuencia común. Una empleada del consulado que reclamó anonimato apuntó a que el móvil podría haber sido el robo de pasaportes en blanco y visados, porque ya en una ocasión anterior la legación había registrado una sustracción de esos documentos.

La ausencia de reivindicaciones políticas y la falta de contacto telefónico con las autoridades reforzarían esta teoría. Pero el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien se mostró satisfecho por la manera en la que se había resuelto el asalto, afirmó que no se había producido "desapariciones de documentos o de objetos".

El mayor Peter Thelikäs confirmó que "los tres individuos se expresaban en francés", aunque ésta no sería su lengua materna. Los servicios de información de la policía se negaron a facilitar pistas sobre la nacionalidad de los asaltantes, aunque fuentes extraoficiales apuntan a personas de origen magrebí.

Los oficiales de la célula de crisis dieron por terminada su tarea a las tres de la tarde y será ahora la policía criminal y el Ministerio Público (Fiscalía) de la Confederación quien se encargue de la investigación. Thelikäs y Philippe Brönnimann, jefe del comando de crisis de rehenes, explicaron en rueda de prensa que esperan poder resolver con rapidez el caso "a partir del análisis de huellas y demás indicios".

Esta extraña jornada se salda con una impresionante movilización policial, infinidad de versiones contradictorias, informes de prensa oscuros y un chofer de la Embajada herido "de mediana gravedad", según el comunicado de las autoridades helvéticas.

La investigación está en marcha por lo que todavía, según el ministro Moratinos, no se puede precisar el alcance y los objetivos de los asaltantes.

"Las medidas de seguridad son las que normalmente existen en los consulados", respondió el titular de Exteriores al ser preguntado, tras una reunión en el PSOE de Política Exterior, sobre si el chófer, que resultó herido, era la única vigilancia que había en el consulado.

Pero de inmediato Moratinos aseguró que "las autoridades helvéticas van a incrementar la seguridad de la Embajada y los consulados, y España va a reforzar su seguridad en todas las legaciones en el exterior".

El ministro descartó que el suceso tenga relación con la extradición a España de Mohamed Achraf, acusado de liderar la célula islamista desarticulada que pretendía atentar contra la Audiencia Nacional el pasado octubre.

Esta no es la primera ocasión en que una representación diplomática extranjera en Suiza es ocupada, pues ya ocurrió en 1999, cuando representantes kurdos entraron en la de Grecia en Zúrich, así como en 1988, cuando seis opositores iraníes entraron al consulado de su país en Ginebra, informa Efe.