Ranieri se queda solo

"Nos planteamos si no será mejor perder 6 millones de euros con la indemnización a [Claudio] Ranieri [en caso de despedirlo] que perder 30 si nos quedamos fuera de la Champions". La reflexión, ayer, de un consejero del Valencia retrata la desconfianza del club hacia el trabajo del técnico italiano, que firmó en el verano pasado tres años de contrato. El vigente campeón de la Liga va dando tumbos desde noviembre, cuando se lesionó Vicente, sin que Ranieri haya sabido mantener la personalidad del curso anterior ni tampoco darle una nueva. El enésimo ejemplo fue el pasado sábado, en Anoeta, ante la Real Sociedad, cuando jugó la primera parte encerrado en su área y viró el estilo bruscamente tras el descanso. La clasificación -tercero, a 13 puntos del Barça- no refleja el pesimismo que embarga al valencianismo. Ni el temor a que los que vienen por detrás como tiros le arrebaten la clasificación para la Liga de Campeones.

El Valencia no sabe a qué juega. Ésta es una conclusión que se ha extendido entre la hinchada, la directiva y los jugadores. No funciona ni por arriba -su máximo goleador es Di Vaio, con siete tantos- ni por abajo -Cañizares, por primera vez en mucho tiempo no figura entre los menos goleados: ha recibido ocho tantos en los tres últimos encuentros. Así que la cita del sábado con el Deportivo, en Mestalla, será un plebiscito para el técnico e incluso para la capacidad decisoria del presidente, Juan Soler, que ayer le apoyó públicamente.

A Ranieri se le achaca haber devaluado al equipo. Sólo Baraja, con seis tantos, mantiene los números de los pasados ejercicios. El capitán, Albelda, ya no es el líder de antaño. Ni Cañizares pasa sus mejores días. Y Aimar, acusa el recelo del entrenador, que declaró sobre él que, como apenas pesa 60 kilos, no puede jugar tres partidos consecutivos.

Los fichajes, auspiciados también por Ranieri como mánager, son otro capítulo decepcionante. Los italianos -Di Vaio, Corradi, Fiore y Moretti- han aportado menos de lo esperado y han encarecido, con sus altos salarios, los contratos de algunos de sus compañeros, caso de Mista, que exigió acercarse a cobrar lo mismo que ellos. En el club, además, no existe un técnico relevante que actúe de contrapeso a Ranieri en cuestiones deportivas. Desde que fuera destituido Jesús García Pitarch en el verano, esa plaza está vacante.