La estafa del metro

Asisto con indignación al linchamiento por parte de nuestros dirigentes a los vecinos de Montequinto y a los responsables de la Pablo de Olavide por sus protestas por el trazado del metro en superficie -tranvía- por sus terrenos. ¿Cómo se puede acusar de retraso en el proyecto por estas protestas cuando éste acumula ya seis meses de retraso a un año de iniciar las obras? Asistimos a un espectáculo bochornoso donde nuestros dirigentes intentar enfrentar entre sí a sus propios votantes con la única mira de no asumir responsabilidades en los incumplimientos de sus propias promesas electorales. El tranvía que nos quieren "vender" en Montequinto y UPO es una auténtica chapuza fruto de la incompetencia presupuestaria del proyecto. Defienden el tranvía con argumentos que además de dar risa, me hacen sentir vergüenza del voto que emití en las pasadas elecciones autonómicas y municipales. La única razón objetiva del tranvía es que no les queda dinero para soterrarlo -a lo que se une el sobrecosto por el retraso de lo que está en ejecución-. El tranvía de Montequinto, en superficie, tiene tantas desventajas y causará tantos problemas, que éstos minimizan las enormes ventajas de tener un transporte público rápido y eficaz. ¿Merecemos una España mejor? Está claro que no. Yo, como la inmensa mayoría del barrio me siento decepcionado y estafado con este proyecto, y espero que los políticos implicados reciban su justo castigo en las próximas elecciones. Ellos saben, como el resto de la ciudadanía, que el pueblo español no tolera los engaños masivos ni las estafas.