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Columna
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Contigo Diazepan y cebolla

Leo que los afectados por el derrumbamiento del Carmel tienen derecho a cobrar dietas por cada día que pasan "fuera de casa" (sic). Percibiran "50 euros cada pareja, 30 euros un adulto y 15 euros un menor de 15 años".

De esta información (seguro que contrastada) se deduce que, en pareja, las desgracias te salen más caras. Los cónyuges sin hogar del Carmel perciben 25 euros por barba en concepto de dietas. Los adultos sin compromiso, en cambio, 30. Y esta diferencia económica según la edad o el estado sentimental de la víctima me parece muy lógica. Seguramente, los técnicos de Urbanismo habrán pensado que las personas solas (al no tener a nadie con quien compartir las lágrimas) se consolarán comiendo. En cambio, los matrimonios se tienen el uno al otro y, quieras que no, nunca engullen tanto. Mientras haya amor, la comida, por humilde que sea, no será importante. Es una lástima que en los restaurantes todavía no hagan un menú ideal parejas. Porque en pleno barrio del Carmel, un menú le sale igual de caro a los dos miembros de un matrimonio (sin casa) que a un viudo (sin casa). Qué atraso.

Por eso, sé que nuestros políticos serán comprensivos con aquellas parejas de afectados que, con tal de percibir 10 euros de más, disimulen su relación sentimental. No es por voluntad de estafa, es porque, al hacerlo, podrán desayunar (5 euros), comer un menú (10 euros), cenar otro menú (10 euros) y gastarse el extra (5 euros) en olvidar. Desde luego, con un billete azul no se puede uno dar a la bebida por mucho que quiera. Pero con este presupuesto hay algunas soluciones. Por ejemplo, adquirir una cerveza y unos tranquilizantes que, convenientemente mezclados, te ayudarán a no pensar en que tu vida acaba de irse al garete.

Y todavía pueden estar más contentos los menores de 15 años. A éstos sólo les tocan 15 euros por día. Una familia formada por un padre, una madre, un hijo de 16 años y otro de 14 recibirán los 50 euros correspondientes al matrimonio, los 30 del hijo mayor de 15 y los 15 del menor. (Si la familia fuese monoparental y, por tanto, tuviese un miembro menos, ganarían cinco euros más). Así que el hijo mayor será el mejor alimentado. Con sus 30 euros podrá desayunar, comer, cenar ¡y hasta merendar! En cambio, a su hermano pequeño los 15 euros sólo le llegarán para el desayuno y la comida, pero no para la cena. Esto es otra muestra de inteligencia de nuestros gobernantes. Ellos saben que para curtir a este niño lo mejor es obligarle a ayunar en su etapa de desarrollo. Así se acostumbrará pronto a la vida nómada que le espera. Y que nadie se preocupe por su rendimiento académico, con un poco de suerte, también se habrá quedado sin colegio. Sus nuevos profesores no serán tan estrictos con él si se desmaya.

Desde luego, puede ocurrir que el chaval y sus familiares no comprendan que todo esto es por su bien y reclamen más comida. Siempre hay ciudadanos blandengues que no atienden a razones. En este caso, podríamos tratar de aumentar un poco la dotación económica de las dietas. Y no digo que todos los afectados cobren el mismo dinero que cobra en concepto de dietas, pongamos por caso, cualquier miembro del Gobierno (sector Urbanismo). No. Pero les podríamos echar unos euros extras para que, ya que no tienen casa por culpa de una negligencia, mañana puedan al menos comer un arroz caldoso (en domingo, los restaurantes no suelen hacer menú). Para ello, podemos organizar un maratón solidario. Propongo subastar el polo verde y amarillo que lució el alcalde de Barcelona cuando salió bailando con Carlinhos Brown. Si alguien le vuelve a ver por el Carmel, que se lo comente.

correu@moliner.info

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