Chaves afirma que el Gobierno cubano no le ha impuesto sus entrevistas en La Habana

Manuel Chaves hizo ayer encaje de bolillos para no traspasar ningún límite que dé al traste con su visita a Cuba. Consciente de la expectación que han levantado sus contactos con dirigentes del régimen castrista, el presidente de la Junta aseguró que el Gobierno cubano no le ha "impuesto" su agenda en La Habana, algo que no hubiera aceptado, según dijo. "Tengo toda la libertad del mundo para tomar las decisiones que crea necesarias, pero también soy consciente de que hay una resolución europea para normalizar las relaciones con Cuba", afirmó.

Al contrario que en su anterior estancia hace ocho años, Chaves está manteniendo una exquisita prudencia en cuanto a su agenda oficial en la isla, llena de visitas a proyectos de cooperación y actos culturales, pero con una fuerte carga política. La expectación se debe a que es el primer político europeo (en este caso pesa más su condición de presidente federal del PSOE que de Andalucía) que mantiene contactos con representantes del Gobierno cubano tras la resolución de la Unión Europea de desbloquear las relaciones con la isla. Esta decisión, de carácter temporal (seis meses, a la espera de que haya gestos de apertura política) fue impulsada por el Gobierno español y tiene sus detractores en Europa, Cuba y Estados Unidos.

Tanto el embajador de España, Carlos Zaldívar, como el vicepresidente del Consejo de Ministros cubano, José Ramón Fernández, pospusieron cualquier valoración o interpretación sobre las parcas pero desabridas palabras de Fidel Castro acerca de la decisión de la UE -"ahora algunos nos quieren perdonar unos mesecitos", dijo- hasta después de la conferencia de prensa convocada para hoy por Chaves tras su entrevista con el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque. Ni el Gobierno cubano ni la Junta confirmaron oficialmente un encuentro del presidente andaluz con Castro, aunque era probable que se celebrara al cierre de esta edición.

En las cancillerías europeas en La Habana también hay mucho interés en conocer los mensajes oficiales que le van a trasladar a Chaves los dirigentes de la isla, para analizar de manera certera qué recorrido puede tener la resolución de la UE. "El resultado de esta visita va a ser evaluada de una determinada manera bien desde el Gobierno cubano o de la UE y el Gobierno español", reconoció el dirigente socialista, quien un tanto a la defensiva negó que los dirigentes cubanos le hayan "impuesto ninguna condición" en su agenda de entrevistas, la cual, a la hora de escribir estas líneas, aún no estaba cerrada.

"Soy libre de tomar las decisiones necesarias", contestó de manera escapista por cuarta vez en seis días a la pregunta de si tenía cerrado un encuentro con representantes de la disidencia cubana, que previsiblemente se puede celebrar hoy. "Desde mi posición modesta pretendo resultados positivos que ayuden a todos a normalizar las relaciones de Cuba con la UE", afirmó.

Chaves hizo estas declaraciones durante una visita a los municipios de Pedro Betancourt y Jagüey Grande (a unos 130 kilómetros de La Habana), en la provincia de Matanzas, donde la Junta tiene proyectos de cooperación en obras públicas, vivienda, infraestructuras básicas, sanidad y asistencia social por un presupuesto de 3,7 millones de euros. En Pedro Bentancourt (26.000 habitantes), el "señol" Chaves, como lo llamaron, inauguró la llegada del agua potable a la barriada de La Campana, una obra realizada por DAP (Desarrollo Agrario Pesquero) dependiente de la Consejería de Agricultura. En Jagüey Grande, la Junta ha participado en la construcción de 700 viviendas, la rehabilitación de 24 escuelas y tiene proyectado construir una canalización de siete kilómetros para llevar agua potable a las casas.

Chaves cerró ayer su agenda oficial con otras dos inauguraciones en la Feria del Libro de la Habana, donde la Junta ha instalado un stand de Andalucía y ha programado una exposición de María Zambrano.