"Los americanos nos han conquistado el gusto"

Pablo Malo (San Sebastián, 1965) no ha llegado al cine por el camino oficial, entre otras cosas, porque descubrió tarde su vocación. Tenía 27 años cuando realizó un curso en la casa de cultura Larrotxene de San Sebastián -su formación se limita a eso- y dio un giro a su vida. Financió con su dinero el corto El ángel de mármol y con apoyo institucional Jardines deshabitados. El pasado domingo logró el Goya a la mejor dirección novel por Frío sol de invierno, su primer largo, protagonizado, entre otros actores, por Marisa Paredes y Unax Ugalde.

Pregunta. Puso cara de que no se esperaba el Goya. ¿Era así?

Respuesta. Es que no me lo esperaba. Cada vez que iba a Madrid me decían que la película había gustado mucho, pero pensé que el mundo del cine iba a votar películas de productoras más cercanas, que nosotros teníamos menos boletos por estar un poco apartados del sector. Y me equivoqué. Me quedé helado al oír mi nombre, salí corriendo y no sé ni lo que dije antes de largarme...

"Hemos demostrado que se puede hacer cine desde fuera de Madrid"

"El cine es una carrera de fondo, con velocidad corres el riesgo de salirte de la pista"

P. ... a emocionarse detrás.

R. Ése era mi propósito, pero no me dio ni tiempo porque entras en un circuito de prensa estresante. Pero estoy contentísimo.

P. Supongo que al pensar que esto va a ser un trampolín para su carrera.

R. Hombre, me imagino que la producción de la segunda película será más fluida, porque de repente, la profesión te conoce, sabe quién eres y que eres capaz de sacar adelante un proyecto. Ya no partes de cero, pero tampoco sé si empiezas de uno, de cinco o de siete.

P. ¿Le han llovido ya las primeras ofertas?

R. Sí, pero creo que es algo inherente a que te den un premio. Hay productoras que se te ofrecen. En todo caso, yo tengo claro que quiero seguir con Luis Goya. Hemos trabajado muy a gusto y siempre le estaré agradecido por haberme dejado hacer la película que yo quería. Para Frío sol de invierno no buscaba una productora de despacho con veinte proyectos sobre la mesa, quería una que mimase el filme. Si la segunda es más grande pensaremos en la coproducción.

P. ¿En qué fase está este segundo proyecto?

R. Estoy puliendo un guión sobre la historia de un internado de niñas. Tengo ganas de volver a lo que hacía con los cortos y realizar una película muy visual de género, de terror psicológico. Espero poder empezar a rodar dentro de un año. No quiero precipitarme y hacer otra película inmediatamente sólo por aprovechar el tirón del Goya. El premio me hace una ilusión bárbara, porque es como tocar la cima, pero yo sigo mi camino y voy poco a poco, con tranquilidad. El cine es una carrera de fondo, con velocidad corres el riesgo de salirte de la pista.

P. Antes de que se estrenara Frío sol de invierno confesó que su mayor miedo era que la película pasara inadvertida. ¿Ahora cuál es?

R. Que, como con estos premios se sobredimensiona todo mucho, se creen demasiadas expectativas. Eso es lo que me da miedo. Porque además, en este país, nos gusta mucho levantar a la gente muy alto, para luego verla caer durante más tiempo... Por eso quiero seguir pisando tierra. En todo caso, con Frío sol de invierno me he quedado con una pena: ha ganado ocho premios desde que se estrenó y se ha visto, pero no ha tenido una gran taquilla, porque nos ha faltado dinero para promoción. Ojalá el Goya suponga una segunda oportunidad para que se siga viendo.

P. Siempre pone por delante que descarta trasladarse a Madrid para hacer cine. ¿Sigue pensando lo mismo?

R. Sí. Además creo que con Frío sol de invierno hemos demostrado que se puede hacer cine desde fuera de Madrid, que también se puede trabajar e interesar a la industria viniendo de la periferia. Yo quiero hacer cine donde está mi gente, que es la que me alimenta y me llena.

P. Con el Goya en la mano, ¿qué pediría para el cine español?

R. Tiene muchísimos problemas... Siempre digo que más que el mercado, los americanos nos han conquistado el gusto. Las salas están secuestradas por el cine estadounidense, sí. Pero también es verdad que hay gente estrecha de miras que no ve películas españolas por el simple hecho de serlo. Ellos hacen como nadie el cine de efectos especiales y videojuegos. Nosotros tenemos otros puntos fuertes. Lo que tenemos que hacer son películas de personajes, de sentimientos. Hablar de educar al público me parece muy pretencioso, pero habría que hacerle ver lo injusto que es que releguen el cine español a un segundo plano.

P. La versión original, ¿es otra de las asignaturas pendientes?

R. Entiendo que la profesión de doblador es muy digna y que en España se dobla muy bien, pero realmente es adulterar las películas. A mí me parece poco menos que una aberración.