El cuarto pilar

En su editorial de 31-1-05 afirman que el modelo nórdico de atención a personas discapacitadas en situación de dependencia se basa en el copago del usuario en función de sus ingresos. No es cierto; sólo en Francia existe copago en función de ingresos, no así en Suecia, Alemania, Austria, Países Bajos, Luxemburgo...

En España, ninguno de los tres pilares del Estado de bienestar (sanidad, educación y pensiones) tiene en cuenta la renta del ciudadano para incluirlo como beneficiario ni para determinar ningún copago. No debemos construir un cuarto pilar, el apoyo a la vida activa (sí, vida activa e independiente, ¿por qué llamarlo "dependencia" si decimos "sanidad" y no "enfermedad"?), de derechos débiles y graciables, sino de derechos subjetivos y exigibles. Están en juego los derechos humanos y civiles de cientos de miles de personas que durante décadas han sido sistemáticamente segregadas, oprimidas, ninguneadas por una sociedad que debería sonrojarse cuando habla de "sacrificio del Estado"; a quienes se ha privado de su derecho a levantarse de la cama, a estudiar, a trabajar, a formar una familia, a controlar su propia vida.

El compromiso del ministro Caldera de no aumentar cargas impositivas ni costes laborales es encomiable; me gustaría escucharle comprometerse con igual solemnidad a que ni una sola persona en nuestro país quedará privada de sus derechos humanos y civiles más elementales, como viene sucediendo hasta el día de hoy.