Las obras del subsuelo de Barcelona se revisarán tras el socavón del Carmel
La Generalitat abre una oficina para solicitar indemnizaciones y paga dietas a los vecinos
Los técnicos lo han inspeccionado y han evaluado todas las opciones, pero han llegado a la conclusión de que es insalvable. El número 10 del pasaje de Calafell, contiguo al garaje que la tierra se tragó el pasado jueves en el barrio barcelonés del Carmel como consecuencia de un corrimiento de tierras en las obras de la línea 5 del metro, ni siquiera se puede apuntalar. El derribo comenzará hoy mismo y las 12 familias afectadas serán realojadas en el barrio. Mientras, la Generalitat abrió ayer una oficina en la que los vecinos o comerciantes afectados pueden solicitar indemnizaciones.
Los técnicos colocaron ayer cajones de hormigón junto al número 10 del pasaje de Calafell. Se trataba de habilitar un túnel de seguridad para que los expertos pudieran apuntalar el inmueble desde los bajos. Un último intento infructuoso. "Hemos hecho todo lo posible para intentar apuntalarlo", lamentaba por la tarde el consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal. La decisión de derribar el inmueble fue consensuada por expertos del cuerpo de bomberos, el Ayuntamiento, GISA y la Generalitat, precisó.
El derribo comenzará esta misma mañana, tras la preceptiva declaración de ruina parcial, por los pisos superiores del inmueble. Es casi imposible que los vecinos de estas viviendas puedan recuperar sus pertenencias. A medida que el edificio pierda peso por el derribo, los técnicos podrán considerar la posibilidad de acceder con seguridad a viviendas de las plantas inferiores y salvar algún objeto.
A falta de dar de alta los suministros y amueblarlos, los pisos provisionales del Patronato Municipal de la Vivienda que el Ayuntamiento ha ofrecido a las 12 familias que serán realojadas, en el número 175-189 de la calle del Llobregós, estarán listos "dentro de una semana", aseguró el primer teniente de alcalde, Xavier Casas.
Mientras, la Generalitat comenzó a atender las solicitudes de indemnizaciones de vecinos y comerciantes en una oficina de la plaza de Pastrana. También allí se tramitaron las dietas: 30 euros por adulto y 15 por menor en el caso de los afectados que se alojan en casa de familiares, y 10 euros por adulto y 5 por menor para los alojados en los nueve hoteles.
Los primeros 350 vecinos del total de 1.054 desalojados que mañana podrán regresar a sus pisos comenzaron también ayer a inspeccionar sus viviendas. Acompañados de un bombero y técnicos de la Generalitat y Adigsa, 90 afectados levantaron acta del estado de sus viviendas. Sólo un vecino se negó a firmarla.
Por otra parte, autobuses de TMB trasladaron al centro cívico y al CEIP Sant Antoni Maria Claret a un centenar de los 285 alumnos del CEIP El Carmel, que permanecerá toda la semana cerrado. En el caso del otro centro escolar afectado, el Santa Teresa, casi la totalidad de los 250 alumnos de primaria se acogieron a la alternativa de celebrar las clases en otro edificio de la misma escuela y en aulas del colegio Piaget.
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