Algunas trampas ingeniosas
El reparto de alumnos entre las dos redes sostenidas con fondos públicos ha sido en los últimos años una cuestión insoslayable en el ámbito educativo. Los sindicatos han denunciado en multitud de ocasiones que la abultada presencia de inmigrantes en los centros públicos los convierte en ocasiones en verdaderos guetos que hacen imposible una enseñanza fluida y fructífera. Muchos de los inmigrantes presentan carencias educativas, por no hablar de las lógicas dificultades con el idioma; problemas a los que la escuela pública hacía frente con más voluntad que recursos, han criticado los sindicatos. Alrededor del 80% de los inmigrantes están escolarizados en las escuelas públicas. Ése es el motivo por el que algunas comunidades se han planteado equilibrar el reparto de alumnos.
El desequilibrio también lo generan aquellos que falsean sus datos con ingeniosas trampas para matricular a sus hijos en centros que no les corresponden según el baremo establecido. Roban así el derecho a quien debía usarlo.
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