"La música es un vehículo para el diálogo"
El director de orquesta Daniel Barenboim ha seleccionado al pianista Javier Perianes (Nerva, Huelva, 1978) para, junto a otros siete músicos de otros lugares del mundo, editar un DVD que lanzará la compañía de discos Emi en 2006. Ese compacto incluirá las 32 sonatas de Beethoven, grabadas por Barenboim, una entrevista y una clase magistral con el maestro y entrevistas cortas a los ocho intérpretes.
Pregunta. ¿Qué representa para los pianistas Daniel Barenboim?
Respuesta. Es la leyenda del piano, y de la dirección, porque el maestro también dirige de una manera excepcional. Estamos ante un mito musical vivo. Cuando uno se sienta al lado de semejante gigante es inevitable sentirse, en cierto modo, intimidado. Es un titán de la música clásica. Pero cuando empieza a fluir la música y el maestro se dirige a ti con naturalidad, a corregirte, a sugerirte, superas esa etapa inicial de inmenso respeto y pasas a una fase de respeto y admiración en la que empieza a surgir un diálogo más distendido entre el titán y el alumno.
Barenboim selecciona al pianista onubense para la grabación de un disco de Beethoven
P. ¿Qué valor tiene para usted que Barenboim lo haya seleccionado para este proyecto?
R. Me considero tremendamente afortunado de que el maestro me haya elegido para figurar entre la nómina de pianistas del mundo que van a formar parte de este trabajo tan estimulante. Un gran regalo.
P. Su nombre se vincula cada vez más al de una sólida promesa en el panorama pianístico.
R. No pienso en exceso en ese tipo de cuestiones, que me pueden presionar aún más. Creo que las cosas suceden de forma paulatina. Creo mucho en Dios y en la voluntad y en el camino en que Dios va marcando la vida de cada uno, siempre que uno trabaje con honestidad y humildad. Pero esto forma parte de un proceso gradual en mi vida profesional que ha estado guiada sabiamente por mis profesores y con el aliento de mi familia y de mis amigos.
P. ¿Qué lugar ocupa España en la música?
R. España va dando pasos importantes en este sentido. A España vienen cada vez con mayor regularidad grandes orquestas. Y cantantes, solistas, pianistas. Además, hay un entramado de orquestas sinfónicas, de auditorios y de teatros españoles cada vez más importante. España está creciendo en música, pero nos queda aún un largo trecho para llegar al nivel de Francia, Inglaterra, Alemania o Austria, que tienen una gran tradición.
P. ¿Qué momento vive la música clásica?
R. Existe una tremenda crisis en el mundo discográfico, que afecta también a la música clásica. Vemos cómo grandes compañías luchan contra la piratería o las descargas de Internet. Pero al margen de eso, compruebo cómo se incrementa el número de jóvenes que acude a los auditorios. Y los conservatorios son una prueba de la buena salud de que goza la música clásica. Algunos están colapsados, hay muchos niños que quieren matricularse y eso es reflejo del enorme interés existente. En el ámbito internacional todo está marcado por el márketing y la publicidad.
P. Hay quien dijo que el piano es el ballenato de la música.
R. Sin duda es el instrumento estrella. El piano es grande, con muchas posibilidades sonoras, tantas que es el único instrumento que tiene capacidad de reproducir orquestalmente un abanico de sonidos. Pero quiero expresar desde aquí mi máximo respeto y admiración al resto de compañeros y especialidades musicales. A todos nos une el mismo lenguaje mágico que es la música, sea expresada por un piano, una flauta, un clarinete, un violín o un violonchelo.
P. ¿Puede contribuir la música a crear escenarios de paz?
R. La música es un buen vehículo para encontrar escenarios de diálogo y en el diálogo es donde podemos los seres humanos encontrar la paz. Difícilmente un concierto de piano puede solucionar el conflicto entre israelíes y palestinos, pero tal vez podemos contribuir, como dice el maestro Daniel Barenboim, a propiciar un foro para la discusión y el consenso que sirva como vía para hallar salidas a los conflictos.
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