"Anula el proyecto de convivencia vasca"

1. Rechazamos el plan Ibarretxe por ser un disparate muy grave en su fundamento, contenido, procedimiento y efectos. Busca la imposición de los nacionalistas sobre todos los vascos, despreciando el pluralismo. Consolida la fractura social y propicia la exclusión y la discordia. Trae una independencia no deseada por la mayoría de los vascos y perjudicial para el bienestar. Es insolidario y provocador con el resto de los españoles -y, de paso, con los franceses-. Anula el proyecto de convivencia constitucional y estatutaria y de progreso que hemos disfrutado. Nace de la imposición y el desprecio del más mínimo consenso. Da razón a los que llevan años matando y piensan que su triunfo está cercano. Ha sido aprobado con los votos del terror. Ofende a las víctimas...

2. Jurídicamente, no es sólo que la propuesta sea radicalmente inconstitucional porque vulnera la Constitución en decenas de artículos, es que se plantea como una ruptura con ella. Así, hace desaparecer del País Vasco la idea de España, de pueblo español, y sustituye la soberanía nacional. Solapa nacionalidad y ciudadanía. Destruye la unidad del Poder Judicial. Hace al País Vasco sujeto de relaciones internacionales, etc. Queda con España una mera "relación amigable", pero interesada para poder seguir en Europa y pagar las pensiones.

3. La alternativa es trabajar a fondo para terminar con el terror, construir convivencia y generar un panorama de confianza, bienestar y modernidad. Que se respeten la Constitución, el Estatuto y las leyes, y que se hagan cumplir. Que se instale en el Gobierno vasco un proyecto que prime entre los vascos lo que une sobre lo que separa y que nos permita convivir con lealtad con el resto de los españoles y europeos, sin imputarles nuestros errores. La alternativa no está en que todos nos volvamos nacionalistas, o en que negociemos cuanto nacionalismo hemos de asumir para que nos dejen convivir. Ni en pagar precios a ETA-Batasuna para que dejen de matar, sino en hacer comunidad, sin tiros ni órdagos.