"La música de Arriaga es de una actualidad total"

Joaquín Pérez de Arriaga (Bilbao, 1932) es descendiente en quinta generación del compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga, quien falleció en París en 1826 diez días antes de cumplir veinte años, se sospecha que de tuberculosis. Por ello, cuando sus pertenencias fueron enviadas de regreso a Bilbao, la familia las guardó sin abrir en el desván, por miedo al contagio. Más de medio siglo después, Emiliano de Arriaga, sobrino nieto del compositor y prohombre de la capital vizcaína, rescató aquel baúl, recompuso lo que pudo de las obras de su antepasado y, en 1884, se estrenaron sus cuartetos con gran aceptación. Emiliano de Arriaga era el bisabuelo de Joaquín Pérez, quien acaba de publicar Obra completa para cuarteto de cuerda (Ediciones Polifemo), que reúne esos trabajos de Juan Crisóstomo de Arriaga.

"Bilbao es la única ciudad en la que el museo a su hijo más ilustre ha desaparecido"

Pregunta. Es usted el último descendiente del compositor.

Respuesta. Sí, y he considerado mi tarea reunir por primera vez las partituras de cinco obras suyas para cuarteto de cuerda. Para facilitar el estudio de su obra.

P. ¿Es usted aficionado a la música?

R. Desde la infancia. Incluso empecé a estudiar violín, porque para heredar el violín de Juan Crisóstomo, por prescripción testamentaria, era necesario saber tocar el violín. Pero llegaron la guerra y el hambre y suspendí mis estudios. Actualmente, el violín lo tiene una tía mía.

P. Con usted se acaban los Arriaga, los portadores del legado. ¿Qué va a pasar?

R. No creo en los apellidos. Para hacer cosas no es necesario un apellido. También soy de la teoría de que los descendientes no merecemos honra por tener un antepasado ilustre.

P. Fue su bisabuelo Emiliano quien rescató la obra musical de Arriaga. ¿Qué habría sido de la obra de Juan Crisóstomo sin él?

R. Se hubiera perdido. Quizá, como Juan Crisóstomo publicó en París las partituras de los cuartetos, éstos se habrían conservado, pero nada más.

P. Ha editado Obra completa para cuarteto de cuerda. ¿En qué ha consistido su labor?

R. Reunir las cinco obras que escribió Juan Crisóstomo para cuartetos de cuerda, los dos conjuntos de variaciones y los tres cuartetos, y hacer la partitura del conjunto que no estaba hecha. Cada instrumento estaba escrito por separado, y los he reunido en cada título. Incluso alguna partitura no se había llegado a publicar nunca. Creí interesante que se editaran todas y juntas.

P. ¿Qué actualidad tiene la música de Arriaga?

R. Total. Una y otra vez se agotan las partituras editadas. En CD existen una decena de grabaciones de los cuartetos y en conciertos se toca su música constantemente. El valor de la música de Arriaga es admitido universalmente.

P. En el prólogo del libro se habla del Museo Arriaga, que desapareció como consecuencia de las inundaciones de 1983 y nunca ha sido restablecido.

R. El museo estaba en la Biblioteca de Bidebarrieta, en la primera planta, y estaba compuesto por todos los objetos que la familia poseía de Juan Crisóstomo y que fueron donados al Ayuntamiento por mi madre y mi abuelo. Se inauguró en 1959. Aunque las inundaciones de 1983 no le aclanzaron directamente, sí al resto del edificio, por lo que se metió todo en cajas y se guardó.

P. ¿Y no se ha pensado en volver a montar el museo?

R. En mi última entrevista con el alcalde, Iñaki Azkuna, me dijo que no hay intención de volverlo a montar, a pesar de que el año que viene se cumple el segundo centenario de su muerte. Creo que Bilbao es la única ciudad del mundo en el que el museo a su hijo más ilustre ha desaparecido. Y a nadie le importa.

P. En estas circunstancias, ¿la familia no querría tener de vuelta ese legado?

R. No soy amigo de meterme en litigios. Por el contrario, hay que ser optimista y tratar de cuidar ese legado y continuar publicándolo. Pienso que hay que abordar las cosas sin seguir hurgando en el pasado. Lo que pasó, pasó y ya no tiene solución.