De vuelta al Sánchez Pizjuán

Fue en Sevilla hace un año. Era el domingo 25 de enero y en el Sanchez Pizjuán ganó el Barça: 0-1. Los que lo vivieron no olvidan. De aquel equipo queda más alma que cuerpo. Esta noche, apenas cinco futbolistas de los que jugaron y ganaron algo más que tres puntos volverán a pisar el césped andaluz. Valdés, Oleguer, Márquez, Xavi y Ronaldinho saben que no fue un partido más, como lo sabe Rijkaard más que nadie: "Sufrimos mucho para ganar un partido espectacular", recordó ayer, y a continuación rebajó la trascendencia del que afrontan hoy: "Nos jugamos sólo tres puntos. Darle demasiada importancia puede ser una trampa; queda aún mucha Liga".

"Estábamos destrozados cuando acabó el partido, pero pocas veces he visto un vestuario tan feliz por el premio conseguido", evoca Xavi. "Parecía que celebráramos un título", corrobora Oleguer, que recuerda "lo complicado de la situación". No se equivoca. Séptimo como estaba clasificado el Barcelona, a 15 puntos del líder, el Madrid, a Rijkaard el remate de Kluivert le salvó la cabeza, como asumió Márquez al regreso de Sevilla. "Nos dio mucha confianza y ese día entramos en una dinámica ganadora que nos dio el subcampeonato", asegura hoy el mexicano. "Esta vez la situación es diferente, porque somos el líder, pero será tan difícil ganar como entonces".

"¿Sevilla? Mi primer gol en el Barça, de madrugada". Se ríe Ronaldinho de su ocurrencia, porque sabe que la pregunta va por otro lado y el regate ha sido perfecto. "Te refieres al partido de allí, ¿no?, y no al tanto que marqué aquí", pregunta después. Y resopla antes de reconocer la evidencia: "Sufrimos, pero logramos una victoria importantísima". Sabe bien que le espera hoy algo semejante: "Será un partido duro, porque es uno de los equipos más fuertes de la Liga El Sevilla exige mucho desgaste físico". Evita caer en el tópico de que el rival da muchas patadas. "Usan todo su potencial físico y técnico. Tienen muy buenos jugadores, rápidos, y un juego vertical". El brasileño no niega que la visita al Sánchez Pizjuan "está marcada en el calendario como una de las más complicadas del año".

Tan importante fue el movimiento de Kluivert y su remate -"me marcó la diagonal y fue muy listo al aprovechar el bote para rematar de cabeza y superar la salida del partido", rememora desde Inglaterra Luis García, que sirvió el pase de gol- como la acción de Xavi, con el partido llegando a su fin: "Es cierto; sacó un balón bajo la línea que era gol, el empate", asegura Valdés. "Nos defendimos con orden y trabajo todo el partido y en esa jugada, un saque de esquina, todos estábamos en la posición perfecta", asegura el centrocampista. "La verdad es que teníamos que ganar... o ganar. Y ganamos", sentencia Valdés, que se pasó el partido metido entre los tres palos, acorralado como estuvo el Barça todo el rato. El meta metió un par de manos para recordar, pero él habla de "un mérito colectivo" al hacer memoria.

Todo ha cambiado mucho; pero, como entonces, el Barça estrena fichaje a domicilio: si entonces fue Davids el que jugó su primer partido lejos del Camp Nou como azulgrana en el feudo sevillista, hoy bien pudiera hacerlo Albertini, que entró ayer en la lista. Con la presencia del italiano y recuperados Jorquera y Gerard, en el banquillo estarán Silvinho, Iniesta y Navarro, además de Damià, único jugador del filial en la cita. "Hemos recuperado efectivos y eso es bueno", destacó ayer el técnico, que hoy, seguramente, repetirá el once titular que alineó ante el Racing la pasada semana.

"El equipo respondió ante los cántabros después de la derrota de Villarreal", reflexionó ayer Rijkaard. "El problema es que el Sevilla es uno de los equipos más en forma del campeonato y no ha perdido un partido en su campo". Ocurre, sin embargo, que Joaquín Caparrós, técnico del Sevilla, tiene problemas de alineación, sobre todo en defensa, por las bajas de Javi Navarro y Pablo Ruíz. Para combatir al líder -siete puntos de ventaja sobre el Madrid-, el Sevilla contará con Pablo Alfaro y Aitor Ocio como centrales, una pareja que no siempre funcionó bien.