El último disparate

La Consejería de Educación vuelve, una vez más, a sorprender al mundo educativo con la posibilidad de que los exámenes extraordinarios sean en junio o septiembre, a discreción del Consejo Escolar. Esta medida, que a simple vista puede parecer muy progresista y demócrata, esconde la incompetencia, la arbitrariedad y la injusticia por los siguientes motivos: 1. La CEJA vuelve a ningunear al profesorado porque, según el Art. 83/1 de la LOCE, las competencias pedagógicas son exclusivas del claustro y no del Consejo Escolar. 2. La Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (APIA), que el curso pasado recogió miles de firmas entre el profesorado a favor de que los exámenes fueran en septiembre por puro sentido común, sigue manteniendo que esta arbitrariedad, junio o septiembre, no beneficia en nada al sistema educativo porque genera incertidumbre y es claramente discriminatoria para el alumnado al no poder gozar éste de las mismas oportunidades. 3. La Administración tiene que legislar para garantizar que todos los alumnos tengan las mismas oportunidades y estén en las mismas condiciones con independencia del lugar o centro de estudios La indefinición y el incumplimiento de la legislación vigente en temas fundamentales como la elección del jefe de departamento, la promoción u obtención del título de graduado o la ubicación de los exámenes extraordinarios, muestran, muy claramente, la desorientación de una política educativa encaminada al caos y al fracaso.