Duato se inspira en 'haikus' de muerte y nieve para la coreografía de 'Diecisiete'

El bailarín Nacho Duato y los compositores Sergio Caballero y Pedro Alcalde quedaron "agotados" tras estrenar Herrumbre -que giraba en torno a la tortura- y decidieron crear una pieza que se acercase a la muerte desde la sencillez y aparente ligereza del haiku. Un mes después estaban trabajando en Diecisiete, una creación sobre la muerte cuyo título hace referencia al número de sílabas de estos poemas japoneses, que se podrá ver desde mañana hasta el 5 de febrero en el teatro de la Zarzuela, donde la Compañía Nacional de Danza representará también Falling Angels y Cautiva.

Duato, director de la Compañía Nacional de Danza (CDN), ha querido adaptar al ballet la estructura poética conceptual de los haikus, muy ligada a la naturaleza y a la muerte, de los que los orientales tienen su propia visión. "¿Una palabra de despedida? / La nieve que se derrite / no huele". O "Nada indica / en el canto de la cigarra / que pronto estará muerta", ejemplifican la esencia de Diecisiete. "Había leído varios libros sobre Japón -El otro lado del mar, Nieve-, Sergio

[Caballero], que es director del festival Sonar, tuvo que viajar allí, en casa tengo haikus... Fue un poco todo", explicó ayer en Madrid

Duato sobre sus fuentes de inspiración. "Hay que descubrir cosas nuevas y dárselas a los bailarines. De todos modos, no está aún terminado. Faltan las luces y cambiar algunas cositas hasta el estreno", añadió el director de la CDN, que incluso pensó en hacer algo sobre los haikus en cine.

"La música no es en directo porque a la orquestación se le han añadido ruidos de lluvia, nieve, coches, pájaros, cigarras", explicó Pedro Alcalde. Caballero lo describió a su manera: "Herrumbre tenía una paleta sonora muy dura de golpes, cadenas, y en Diecisiete nos apetecía pasar a algo muy delicado, en donde se pudieran contar cosas sin tantas capas. Empieza con una música y termina con la misma. Es como una road movie, un viaje, en el que vas pasando por distintas cosas". Los compositores preguntaron a japoneses residentes en Barcelona qué significaba para ellos la nieve, y eligieron a algunos como narradores.

"No es igual trabajar sobre una música ya compuesta que hacerlo sobre una de encargo como ésta de Diecisiete, en la que trabajas paso a paso la coreografía mientras se compone, lo que te permite acortar o alargar, meter un nuevo ritmo...", comentó Duato. Los haikus pueden tener más de una frase pero sólo contienen una imagen poética que pretende decir algo sin decirlo. Por eso, el director quiso dejar claro que, pese a su duración, media hora, ha supuesto un gran trabajo condensar la esencia de los poemas: "A lo mejor hemos pasado horas y horas para conseguir tres segundos de nieve o voces en off de una señora chillando en japonés".

Dos reposiciones

La compañía bailará también Cautiva, un trabajo creado por el propio Duato en 1993 sobre música del donostiarra Alberto Iglesias y que ahora interpretan bailarines diferentes. El coreógrafo explicó que le apetecía mostrar este trabajo porque ha ganado en "madurez" y en "ejecución técnica". El tercer pie de este programa lo conforma Falling Angels, con coreografía de Jiri Kilian, que estrenó en el Teatro Real el pasado mayo. "Estuvimos sólo cuatro días y mucha gente no pudo vernos por el precio o por tiempo. A ver si el Real me da dos semanas como me ocurre en Nueva York o Berlín", dijo.

Duato aprovechó la ocasión para reclamar una mayor atención gubernamental a la compañía: "Lo mejor de todo sería que existiera un teatro para la danza lo mismo que los hay para la zarzuela, la ópera, la música. Incluso el circo tendrá su sede estable. De momento, yo sigo esperando que me den una sede para ensayar, algo que llevo pidiendo desde hace ocho años".

La compañía ofrecerá el 6 de febrero su VII Taller Coreográfico a beneficio de Apoyo Positivo, y en las instalaciones de la Zarzuela se exhibirá una exposición solidaria de fotografías sobre el making off de Diecisiete que el público podrá adquirir.