Iberia cerrará rutas nacionales y europeas por la competencia de las compañías de bajo coste
La aerolínea calcula que las ayudas a las nuevas aerolíneas llega a los 17 euros por billete
La competencia de las compañías de bajo coste ha hecho mella en Iberia. El espectacular crecimiento de estas aerolíneas durante los últimos años ha llevado a la compañía de bandera a plantearse para la próxima temporada el cierre de algunas líneas que unen aeropuertos nacionales con destinos europeos y otros con el de Madrid-Barajas. La dirección de Iberia afirma que es imposible competir con unas compañías que, además de su bajos costes, reciben ayudas de consorcios y administraciones locales que se sitúan, según sus estimaciones, entre 10 y 17 euros por billete.
Cuando el pasado día 11, el director general de Ryanair aterrizó en el aeropuerto de Santiago de Compostela para presentar su nueva ruta Santiago-Londres, allí estaban esperándole nada menos que el alcalde de la ciudad y el consejero de Cultura de la Xunta. Tanta autoridad sólo se entiende por lo que la llegada de la línea aérea de bajo coste a ese aeropuerto supondrá para la región: la creación de 100 puestos de trabajo y la llegada de 75.000 pasajeros a la ciudad, con sus correspondientes consecuencias en el comercio y la hostelería.
La línea irlandesa, como reconoció su responsable, eligió Santiago por las facilidades que le ha dado el aeropuerto, el Ayuntamiento y la Xunta, que sufragarán la promoción de la nueva línea.
La llegada de Ryanair a Galicia no será la última que protagonice esta agresiva compañía; pero ha sido, parece, la gota que colma el vaso de Iberia. La dirección de la compañía aérea afirma que la política "beligerante" de las administraciones públicas y los consorcios empresariales en las ayudas a las compañías de bajo coste supone romper las reglas de la competencia y ha llevado a la compañía a plantear el cierre de algunas líneas desde varios aeropuertos nacionales a destinos europeos y desde varios nacionales al de Madrid, aunque no ha especificado más detalles.
Ryanair y EasyJet
En pocos meses, Iberia ha perdido el práctico monopolio que disfrutaba en algunos aeropuertos, como Almería o Jerez, y se ha enfrentado a una competencia imposible de seguir en precios. La misma ruta de Ryanair Santiago-Londres, que costará a partir de abril entre 27 y 69 euros, más tasas, cuesta en Iberia en tarifa completa más de 130 euros más.
Sólo Ryanair vuela ya desde 13 aeropuertos españoles -Girona, Reus, Valencia, Zaragoza, Santander, Valladolid, Granada, Almería, Sevilla, Jerez, Murcia, Málaga y Santiago- y negocia con media docena más. Ha creado alrededor de 4.000 empleos directos en España y el año pasado ha transportado cuatro millones de pasajeros. La aerolínea calcula que tres millones han visitado distintas regiones españoles como turistas.
EasyJet, por su parte, ha transportado con origen o destino en España más de seis millones de pasajeros el año pasado, lo que supone un aumento del 18%. Esta compañía, con precios más elevados que Ryanair, ha conseguido copar ya el 33% de las rutas regulares entre España y el Reino Unido y sólo en Madrid-Barajas, el centro de distribución de tráfico de Iberia, ha aumentado el número de pasajeros un 25,4%. Vuela desde nueve aeropuertos -Alicante, Almería, Barcelona, Bilbao, Ibiza, Madrid, Málaga, Palma y Valencia- a 10 destinos europeos.
Aunque Iberia no ha querido pronunciarse al respecto, medios conocedores del sector señalan entre las líneas afectadas por los cierres varias desde el aeropuerto de Barcelona por la competencia que Ryanair ejerce sobre el mismo desde Reus y, sobre todo, desde su base de Girona, de donde la compañía irlandesa vuela nada menos que a 21 destinos europeos. Asimismo, señalan entre los destinos con mayor competencia Londres y el mercado alemán. Añaden que si alguna vez Iberia pensó convertir el aeropuerto de Barcelona en un segundo hub (centro de distribución), la implantación de Ryanair en la proximidad ha dado al traste con esa posibilidad.
Iberia afirma que las ayudas que están consiguiendo algunos operadores de bajo coste, especialmente Ryanair, en forma de promoción de los destinos o rutas, son difíciles de denunciar ante los tribunales como contrarias a la competencia, aunque mantiene que en la práctica son subvenciones encubiertas que pueden suponer entre 10 y 17 euros por billete.
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