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VISTO / OÍDO
Columna
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El resentido

Bush dijo 42 veces la palabra "libertad": es publicitaria. Y dos o tres veces dijo resentimiento y tiranía en extensas zonas del mundo. El malo es resentido. Es el terrorista. La palabra afecta a los filósofos, desde Platón a Nietzsche: difícil de definir. Me interesa porque los monstruillos cotidianos de la derecha me la aplican con frecuencia. Si Bush se dedica a la caza de resentidos con misiles, me inquieto. El diccionario no ayuda: son personas que se sienten maltratadas por la sociedad o por la vida en general. ¡Todo español! Nietzsche habla del sentido de la propiedad y el revolucionario: la trágica época de revoluciones que había y venían, y las ayudó sin saberlo (las nazis, desgraciado: como Wagner, como Darwin), parecía dar a entender que era cuestión de comparaciones favorables a uno mismo, pobre y abandonado, en relación con el que posee, el propietario; el resentido cree que él vale más y que una injusticia le persigue. Si quiere defenderse, es rebelde, revolucionario; un "revolté" en el sentido de Camus. No es ajena esta consideración a la insistencia de Bush de inaugurar una legislatura de "propietarios", nada distinta de lo que pretendía Hitler cuando quería una Alemania de "herrenvolk": un pueblo de señores. Una raza de amos, traducían algunos (¿resentidos?, ¿esclavos?). Para lo cual había que matar a los judíos, pueblo elegido también.

No deja de estar todo en relación. Los resentidos son aquellos que no tienen nada: comprenden varias razas -el eje del mal, los seis países nombrados por la Rice- que no comen, mueren de hambre, de enfermedades y de un enorme fastidio de ver pasar los siglos en contra suya. Se ha intentado convencerles por muchas vías: la colonización, el envío de leche en polvo, la insistencia de los misioneros en que ellos se salvarán mientras los ricos se quedan a la puerta del cielo. Y la granujada de las Cruzadas; y las radios de onda corta (ahora, los satélites). Y los jefes educados en las academias militares de Occidente, las armas vendidas por cacao, café o lo que sea (sexo ya no: hay sida); granjas de blancos, minas de blancos, petróleo de blancos. Como ellos no comen, ni se abrigan, ni se vacunan, ni nada, y ven a otros, son resentidos. Hay que lanzarles misiles: si no, querrán comerse lo nuestro. Y nosotros, como decían los nazis ("Gott mit uns"), estamos elegidos sobre todo: América ("God 's own country").

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