Promover el flamenco
El día 13, la Consejería de Cultura con su titular, Rosa Torres, al frente, reunía en el Teatro Central al mundo del flamenco para presentar su proyecto estrella: la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, que pretende aportar "coordinación y ayuda al mundo del flamenco", según la consejera. El acto, convocado para las siete de la tarde, se alargó más de dos horas.
Como profesional de la guitarra, quiero mostrar mi indignación por algo que va más allá del hecho en sí y que viene a mostrarnos una vez más el poco respeto que determinadas instituciones tienen para con el flamenco y los artistas a los que nos usan muchas veces en función de la simpatía política.
¿Cómo se puede hablar de coordinación y apoyo para el mundo del flamenco cuando ese mismo día, y a la misma hora en que la consejera exponía sus proyectos, la Fundación El Monte ofrecía en la Sala Joaquín Turina un concierto de guitarra dentro de su programa "Jueves Flamencos"? ¿Cómo se solapa un concierto programado por la única institución privada que lleva 20 años ininterrumpidos programando flamenco, con un acto que igual podía haberse celebrado un día antes o un día después e, incluso, el mismo día pero no a la misma hora? ¿No conocía la Consejería que esta edición de los Jueves Flamencos del Monte se había ya iniciado el 14 de octubre último y, por tanto, la programación llevaba en la calle más de cuatro meses? Y si se conocía, como es lógico, ¿tan poco importa a la Consejería hacer coincidir los actos amparándose en la fortaleza de su "maquinaria" institucional?
Ese día yo presentaba en el Monte con carácter de estreno mi concierto Fragua sonora. A nadie escapará la ilusión que un creador pone en su obra mientras la crea, así como la intranquilidad ante la primera exposición al público. El creador quiere fijarse en el espectador, en los criterios de la crítica, en la respuesta del público... Forma parte de la liturgia de un estreno. En el caso que comentamos, la consejera o sus colaboradores se han encargado de ahogar la ilusión y de destrozar un estreno sin ninguna consideración al creador, a los intérpretes, a la empresa o al público. Muchos artistas y compañeros de la guitarra nos llamaron después para justificar su ausencia, y muchos aficionados y amantes del flamenco "invitados" al acto oficial se vieron en la obligación de optar por éste.
Creo también estar en mi derecho de exigir a la Consejería unas explicaciones de lo ocurrido, ya que, hasta ahora, no me han sido dadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.