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De Miguel declara que Tabares no dejó rastro de sus operaciones en el Ivex

La ex directora del Instituto supo del agujero "por un fax" de un banco

Carmen De Miguel, directora del Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex) entre septiembre de 1999 y septiembre de 2002, dijo ayer al tribunal que juzga a su antecesor en el cargo, José María Tabares, y al empresario Jean Luc Marie Lagier por supuesta estafa a la institución, que tuvo noticia del "agujero" de más de 3,5 millones de euros por un fax de un banco y que Tabares no dejó ni un solo papel sobre las operaciones con el empresario.

De Miguel abrió ayer la vista oral en la sección quinta de la Audiencia de Valencia y durante casi tres horas explicó cómo sólo diez días después de su toma de posesión se enteró de la deuda que varios bancos reclamaban al Ivex por operaciones de las que "nadie sabía nada y de las que no había ningún papel".

El Generale Bank envió un fax a la planta noble del Ivex a la atención de Tabares en el que se advertía de un impago ya importante. Tabares había cesado pocos días antes y le fue entregado a Carmen De Miguel. Ella explicó que al no haber sido advertida de nada preguntó y al no obtener respuesta se lo comunicó al consejero de Industria, también presidente del Ivex, entonces Fernando Castelló -cuya declaración estaba también prevista para ayer pero que ha sido aplazada a los primeros días de marzo por problemas de agenda-. De Miguel repitió en varias ocasiones que nadie tenía conocimiento de nada, que tuvo una reunión con Tabares en la que su antecesor dijo que la operación -al amparo de un contrato con Ford para favorecer las exportaciones de la multinacional en Túnez- la había llevado él personalmente, que no había trasladado nada a nadie, que fue un error, y que la documentación la tenían los bancos. De Miguel también se reunió con Lagier, del que dijo que se sorprendió al ver que nadie en el Ivex conocía los compromisos suscritos con él y que propuso saldar el 50% de la deuda -que ascendía a más de 4 millones de euros entre las letras que el Arab Bank y otros habían adelantado al estar el Ivex como aval y las que estaba previsto cobrar con el mismo sistema- y seguir peloteando con letras de cambio.

También declaró el ex director financiero, Joaquín Barber, quien corroboró buena parte de la versión ofrecida por De Miguel. Barber dijo que cuando Tabares fue cesado le entregó un sobre con los extractos de al menos diez cuentas, de las que el departamento financiero sólo conocía dos.

El último en declarar fue Juan Antonio Tomás Carpi, miembro de elección libre del consejo de administración del Ivex desde 1995. Afirmó no conocer el contrato del Ivex con Ford, no recordó a cuántos consejos había asistido -se convocan un mínimo de cuatro al año-, admitió no haber leído nunca el informe de la Sindicatura de Cuentas que ya en 1996 advertía de la deuda porque "son muchos los documentos que llegan a mis manos" y no haber preguntado nunca por la evolución del acuerdo con Ford que sí conocía verbalmente por Tabares.

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