La ciudad de la imbecilidad
La fiebre compulsiva de hacer ciudades irreales, imaginadas, inútiles, innecesarias, prescindibles, ridículas, como la Ciudad de la Luz, la Ciudad del Cine, la Ciudad de la Euforia, la Ciudad de las Ciencias, ahora la Ciudad de las Lenguas, está llegando al level más alto imaginado por el universo conocido y desconocido. Yo, en mi proverbial ingenuidad pensaba que eso de la Ciudad de las Lenguas sería un lugar donde se enseñarían técnicas papilosexuales de lo más sofisticadas, pero he aquí que lo nostre president de la Cheneralitat nos ha anunciado que dicha ciudad será un lugar donde se extenderá la lengua castellana alrededor del mundo. Así, un chino de Shanghai, un inglés de Oxford, un congolés del Congo y hasta un argentino de Buenos Aires tendrá que venir a Castellón si quieren ser alguna cosa en materia lingüística castellana o española, tanto monta. La argumentación axiomática del presidente, Francisco Camps -por qué no Campos- es la asociación pueril de ideas, y pido perdón a todos los niños de la galaxia, Castellón-castellano.
Yo, afectado por esa fiebre de hacer ciudades estrambóticas e imposibles propongo, a los señores del PP en general y a Camps en particular construir una ciudad denominada Ciudad de la Imbecilidad.- Lluís Gallent. Xirivella.
Si hay una ciudad en el País Valencià símbolo de la unidad de la Lengua y de la Normalización lingüística del Valenciano es sin duda Castellón de la Plana, cuna de las Normas de 1932, Las Normas de Castelló. Ahora, el señor Camps, continuando con la política de megaproyectos (megafracasados) de Zaplana, y sobre todo con su política de defensa de las "señas de identidad de los valencianos", quiere instaurar en la capital de la Plana "la Ciudad de la Lengua". No de la Llengua, no; de la "Lengua". De la Lengua Castellana que tanto hace falta promocionar desde la Generalitat, y que en Castellón tanta tradición histórica posee. ¿Quemará Camps también Castelló, como hizo Felipe V en Xàtiva, para imponer la Lengua? Mientras esperamos la respuesta, nos conformaremos con "La ciudad del Desplante", instalada en la Generalitat desde que llegó Zaplana.
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