El brutal pisotón de Figo

El gran gol de Villa llegó cuando Figo se mesaba los cabellos, se agarraba la cabeza. Cuando Villa marcó el gol, el Zaragoza estaba con diez porque dos minutos antes Figo había impactado contra César dejándole fuera de combate. El extremo del Madrid, muy activo ayer, fue a por el balón con la determinación de un poseso. Se le interpuso César. El central llegó antes, pero Figo le clavó los tacos de su bota derecha en la rodilla izquierda. La pierna de César se sacudió violentamente en un giro antinatural. Casi de forma simultánea, el defensa levantó el brazo pidiendo la intervención del médico. Fue retirado del campo en camilla.

Mientras el médico del Zaragoza flexionaba la rodilla de César para determinar la gravedad de la lesión, por la misma banda, a 70 metros, se marchaba Villa de Helguera y conseguía un gol precioso.

César no pudo regresar al partido. Aranzabal ocupó su hueco. Una hora después, el que salía del terreno de juego era Figo, sustituido por el danés Gravesen. El cambio tuvo mucho de simbólico. En el palco lo aprobaban antes de que se produjera. Desde ayer ya se sabe que Vanderlei Luxemburgo comulga con la misma idea o acata órdenes.