Candados, amenazas y patadas
El primer fichaje invernal del Madrid de Florentino Pérez tiene 28 años y nació en una pequeña ciudad del sur de Jutlandia. Pesa 85 kilos, mide 183 centímetros, se afeita la cabeza, es diestro, con buen tiro, tiene condiciones de buen distribuidor y en su casillero de estado civil consta la soltería. Todo lo que se diga a partir de ahí de Thomas Gravesen suele pertenecer al confuso territorio de lo hiperbólico. Dicen que gesticula permanentemente, que piensa en el fútbol como lo haría un monomaníaco, que asume su condición de líder natural como un macho alfa, que pega a sus compañeros si se irrita, o les amenaza con romper sus piernas.
Alan Shearer, capitán del Newcastle, fue testigo presencial. Hace año y medio contempló en vivo cómo Gravesen mandaba al hospital a Oliver Bernard de una patada. "Fue una entrada cobarde", se quejó Shearer; "una de esas acciones que pueden acabar con la carrera de un jugador. Ha intentado lesionar. Es escandaloso".
En la onda de testimonios exagerados está el de su primer entrenador profesional, Ole Fritsen, que le dirigió entre 1995 y 1997, cuando militaba en las filas del Vejle, el equipo de su ciudad. "Gravesen quiere ganar todo el tiempo y quiere mandar siempre", asegura el técnico en el periódico danés Politiken. "Entra a un equipo y naturalmente lo dirige. Cuando era muy joven a veces tuve que expulsarle del entrenamiento porque estaba tan excitado que no paraba de echar broncas a los demás compañeros y de hacer gestos como diciendo: 'te voy a cortar las piernas".
"Un defensor ofensivo"
Fritsen prosigue: "Yo le veo como una persona muy buena. Es sencillo, honesto, franco y accesible. Está obsesionado con el fútbol. Le puedes llamar a las seis de la mañana y se presenta a las siete si es para jugar un partido. Una vez le visité en el Everton y me dijeron que tenían que ponerle un candado al gimnasio, porque cuando no entrenaba hacía pesas y no había manera de sacarlo de allí. Cuando se le mete algo en la cabeza no lo mueve ni un tsunami".
"Es el hombre adecuado para equilibrar al Madrid", concluye Fritsen. "Es un defensor muy ofensivo".
Estas vagas precisiones no impidieron a Fritsen aventurar que su ex pupilo tendrá un gran éxito. "En España sus características ofensivas van a florecer. Allí se permite tomar más riesgos", dice el entrenador. Al parecer, Fritsen no conoce la versión oficial del Madrid: ha contratado a Gravesen para que defienda. Esto implica reprimir sus características ofensivas. Que para atacar en el centro del campo ya están Zidane, Figo, Beckham y Guti.
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