El disfraz de nazi del príncipe Enrique causa indignación en el Reino Unido e Israel
Conmoción entre los grupos judíos en vísperas del 60 aniversario de la liberación de Auschwitz
La monarquía británica ha vuelto a situarse ella misma en el ojo del huracán. Las fotos publicadas ayer por el diario The Sun y reproducidas en el mundo entero, en las que el príncipe Enrique, de 20 años, viste de nazi en una fiesta de disfraces, han provocado enorme disgusto en la clase política británica, ofendido a la comunidad judía mundial y avergonzado al Reino Unido. Israel lo consideró intolerable. La mofa de Enrique, tercero en la línea de sucesión, pone en evidencia a la familia Windsor en vísperas de que la reina Isabel presida en Londres un funeral por las víctimas de Auschwitz.
Las fotografías de The Sun han provocado estupor y, aunque el príncipe se disculpó el mismo miércoles por la noche a través de una nota hecha pública por Clarence House, la residencia oficial de su padre, numerosas voces se alzaron ayer exigiendo que Enrique se disculpe personalmente por televisión. Así lo hizo saber el líder conservador, Michael Howard, hijo de emigrantes judíos, y representantes de asociaciones judías y supervivientes del Holocausto.
Enrique, hijo de Carlos y Diana de Gales, acudió el pasado sábado a una fiesta de disfraces vestido de oficial del Afrika Korps, las tropas nazis comandadas por el mariscal Erwin Rommel, apodado El Zorro del Desierto, en África. Con camisa y pantalón de color pardo, un distintivo de la Wehrmacht (fuerzas de defensa) en el cuello de la camisa y un brazalete rojo con la esvástica nazi en su brazo izquierdo, Enrique causó conmoción entre muchos de los 250 invitados que celebraban una fiesta de disfraces con el lema Nativos y colonias. Su hermano Guillermo, segundo en la línea sucesoria, vistió un más convencional disfraz de león y leopardo, según el tabloide.
La fiesta se celebró en West Littleton (Chippenham, a unos 130 kilómetros al oeste de Londres) en casa de su amigo Harry Meade, hijo del jinete olímpico Richard Meade y protagonista de una protesta contra la prohibición de la caza del zorro que interrumpió el discurso de Tony Blair ante la conferencia del Partido Laborista en otoño. En la portada de The Sun, el príncipe Enrique luce el uniforme nazi mientras sostiene una copa en una mano y un cigarrillo en la otra. Harry the nazi (Enrique, el nazi), titula el diario, en la que quizás sea la más dañina propaganda negativa cosechada por la monarquía británica desde la muerte de Diana, a pesar de que han sido numerosos y variados los escándalos que han seguido llenando la prensa desde entonces.
La crisis llega en mal momento, a poco más de dos semanas de que el mundo conmemore el 60º aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, en la Polonia invadida por la Alemania nazi, el 27 de enero. La reina Isabel tiene previsto asistir a un funeral en Londres y su hijo, el príncipe Eduardo, la representará en la ceremonia que se celebrará en Auschwitz. Allí fueron asesinadas 1.250.000 personas, de los que un millón eran judíos. El resto eran prisioneros polacos primero y de la Unión Soviética después, y otras gentes consideradas inferiores por los nazis, como gitanos, homosexuales, enfermos, minusválidos físicos y psíquicos, o simplemente ancianos incapaces de valerse por si mismos.
Harry parece ignorar todo eso y da así la razón a Laurence Rees, el productor de la BBC que firma la serie Auschwitz: los nazis y la solución final, que ha empezado a difundirse esta semana. Rees sostiene que la inmensa mayoría de los británicos no sabe qué significa Auschwitz. Pero la comunidad judía mundial sí lo sabe y se ha declarado "conmocionada" al ver a un nieto de la reina Isabel vestido de nazi. El rabino Marvin Hier, deán y fundador del Centro Simon Wiesenthal, se declaró "ultrajado" por lo que definió como "un acto vergonzoso que despliega insensibilidad hacia las víctimas de los nazis", tanto las víctimas del Holocausto como los soldados británicos que perdieron la vida en la II Guerra Mundial.
Traje "intolerable"
Hier urgió al príncipe a acudir junto a su tío Eduardo a las conmemoraciones del 27 de enero a Auschwitz. El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Silvan Shalom, calificó el disfraz de "intolerable". "Creo que cualquiera que pretenda dejarlo pasar como una muestra de mal gusto debe ser consciente de que este acto impulsa a otros a pensar que tal vez ese periodo no fue tan malo".
El gesto del príncipe Enrique se compadece mal con su decisión de cursar la carrera militar. El ex ministro de las Fuerzas Armadas y actualmente diputado laborista Doug Henderson declaró el miércoles por la noche tras estallar el escándalo que el príncipe "no está preparado" para vestir el uniforme militar, y pidió que se rechazara su ingreso en la Academia de Sandhurst.
Pero un portavoz del Ministerio de Defensa británico rechazó esa posibilidad argumentando que son cosas distintas. El coronel Bob Stewart, que lideró las tropas de Naciones Unidas en Bosnia, dijo que el príncipe "debe ser un enorme idiota con muy poco sentido común", pero coincidió en que su acción no le impide cursar la carrera militar. "Si hubiera sido un oficial a mis órdenes le habría impuesto un castigo de 14 días extras de servicio", dijo.
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