Antonio Canales ofrece su versión agitanada y racial de 'Carmen' con dirección de Miguel Narros
Siete meses después de su estreno en el Palacio de Festivales de Santander hoy llega al teatro Albéniz de Madrid Carmen, Carmela. Dirigida por Miguel Narros y con coreografía de Antonio Canales, esta versión de la obra de Merimée que adapta a la guitarra española la música de Bizet, permanecerá en cartel hasta el 13 de febrero.
Dice Canales -Don José sobre el escenario- que fue la muerte de su hermana lo que inspiró su acercamiento a este clásico que cuenta con un sinfín de versiones y fue trasladado al baile, entre otros, por Antonio Gades. "A ella le debía este homenaje a la mujer. Ésta no es una Carmen más, es mucho más flamenca, está hecha con las vísceras y algo de minimalismo. Los clásicos nos ayudan a vivir, son las telenovelas de antes, un mundo lleno de caminos".
El bailarín sevillano recurrió a Juan Víctor Yagüe para la adaptación musical: "Juntos transcribimos la partitura de Bizet. La guitarra denota el acercamiento a la ópera, pero en versión más gitana". Las voces de los cantaores Herminia Borja y José de Lebrija acompañan los bailes y ahondan en el carácter flamenco de esta versión que, según Canales, anuncia el guiño gitano desde el Carmela del título. Escrita en 14 cuadros -"cada uno de los cuales intenta transmitir una emoción"-, la representación dura una hora y media sin pausa. Sus ingredientes son la danza, el teatro y la guitarra.
Lola Greco, en el papel de la apasionada cigarrera, y Diego Llori, como Escamillo, dan la réplica a Canales. "Lola utiliza muchos vocabularios de danza, desde el flamenco al clásico", explicó el bailarín. Greco, por su parte, destacó "la emoción continua de este trabajo, que dosifica bien la tradición y la vanguardia, que arranca fortísima en el primer cuadro con una pieza de arañar".
Narros subrayó la vitalidad de esta versión -"distinta porque los que la hacen son distintos"-, en la que se plantea la libertad de la mujer de una manera inconsciente. El director, premio Nacional de Teatro en dos ocasiones, alabó las dotes dramáticas de los tres intérpretes y explicó la visión de Carmen que ha plasmado en este trabajo. "Ella comete un error al enamorarse. Las cosas se vuelven del otro lado y pierde la felicidad y la libertad. El amor aparece, igual que en la obra de Merimée, como símbolo de muerte más que de vida. Esta Carmen no es masacrada, toma la decisión de inmolarse y lo consigue. Lola interpreta un personaje muy torturado porque tiene a dos hombres que le exigen muchas cosas".
Carmen, Carmela ha visitado ya multitud de escenarios españoles, desde Cataluña hasta el País Vasco -donde, según explicó Canales, los personajes declamaban algunas frases en euskera, para sorpresa del público-. Después de su paso por Madrid tiene programadas 78 galas hasta el mes de agosto. Portugal, Japón y Ginebra son los destinos internacionales que están en vistas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.