El Cirque du Soleil acuerda con el Ayuntamiento tener una presencia continuada en Barcelona

Desde 1998, el Cirque du Soleil visita periódicamente Barcelona para presentar sus nuevas producciones, como una de las escalas fijas de su gira europea. El próximo 17 de marzo, la compañía regresará a la ciudad con Drailon, un montaje que reúne influencias de la tradición oriental y la vanguardia de Occidente. En esta ocasión el circo estrenará nuevo emplazamiento, en una zona del puerto próxima a la Barceloneta, y también un acuerdo de colaboración con el Ayuntamiento para garantizar su presencia en la ciudad como mínimo durante los próximos ocho años.

Los responsables del circo canadiense explican que las giras de sus espectáculos tienen el problema de encontrar un emplazamiento suficientemente amplio en cada plaza que visitan. La carpa y todas las dependencias de la auténtica ciudad móvil que acompaña sus desplazamientos ocupan dos hectáreas. La nueva ubicación que les acogerá en Barcelona está situada al final del paseo de Joan de Borbó, junto al Club Natación Barcelona, en un espacio propiedad del Puerto Autónomo. La intención es que ésta sea la sede regular del Cirque du Soleil en Barcelona; en este enclave se prevé construir un hotel (el Vela, proyectado por Ricardo Bofill), y en el caso de que las obras fueran incompatibles con el circo, el Ayuntamiento se compromete a buscarle un nuevo emplazamiento.

El acuerdo que el Cirque du Soleil y el consistorio barcelonés firmarán en breve es similar al que la compañía mantiene con otros ayuntamientos europeos (Madrid, Bilbao y Viena, entre ellos). En virtud del mismo se garantiza la presencia en la ciudad de la compañía canadiense, que visitará Barcelona con una periodicidad de unos dos años. El convenio será vigente por un mínimo de ocho años, aunque podrían ser diez, anunció ayer el concejal de Cultura, Ferran Mascarell.

Pero además de esta vertiente, el acuerdo tiene una dimensión artística orientada a poner en contacto el Cirque du Soleil con el rico tejido circense de la ciudad. La fórmula de colaboración está todavía en estudio, pero probablemente se tratará de talleres e intercambios con los colectivos Ateneu Popular de Nou Barris, el Bidó de Nou Barris y la escuela de circo Charlie Rivel. Además, es probable que la próxima sesión para la contratación artística de nuevos talentos de esta gran multinacional del espectáculo se lleve a cabo en Barcelona (así se hizo en 1998). El casting se desarrollará a finales de este año o principios del próximo.

Tradición china

Drailon, con actuaciones programadas hasta el 24 de abril, llegará a Barcelona tras su paso por Londres y Madrid. Creado por Guy Laliberté (el fundador del Cirque du Soleil) y dirigido por Guy Caron, el espectáculo es un homenaje a la tradición china del circo, la más antigua del mundo. Combina técnicas ancestrales con la renovación del lenguaje circense que caracteriza el trabajo del Cirque du Soleil. En la tónica habitual del grupo, este espectáculo se asocia de nuevo a grandes cifras: reúne a más de 60 artistas, entre ellos 35 acróbatas chinos; en total, la gira desplaza a 151 personas de 21 nacionalidades, que se suman a las cerca de 200 contratadas in situ como acomodadores, azafatas y cocineros, entre otros puestos.

La organización prevé vender cerca de 200.000 entradas (entre 42 y 65 euros) para las actuaciones en Barcelona, en las que se espera una ocupación media del 95%. A cambio, y según datos facilitados por los responsables de la gira, la compañía genera unos beneficios para la ciudad de entre dos y tres millones de euros en conceptos como alojamiento, transportes y comidas.