La delincuencia bajó un 1,57% en las ciudades durante 2004

La criminalidad en las ciudades españolas protegidas por el Cuerpo Nacional de Policía descendió durante 2004 un 1,57%, especialmente en las modalidades delictivas que más asustan al ciudadano: homicidios, robos de coches y en casas, tirones y atracos a bancos. Los datos de la policía indican que la bajada ha sido generalizada en todas las ciudades, salvo en las de Andalucía oriental, Melilla, Murcia y Extremadura.

La criminalidad cayó en Navarra casi un 11% y subió un 8,67% en Andalucía oriental

Los delitos y las faltas bajaron, sí, pero lo hicieron más los primeros porque los segundos, es decir, las infracciones penales por un valor inferior a los 300 euros casi no descendieron. Los delitos cayeron un 3,31% (560.239 en 2004 frente a los 579.419 del año anterior) y las faltas sólo lo hicieron un 0,1% (682.224 frente a 682.917), según los datos estadísticos del programa Hipest (Hechos de Interés Policial) de la Dirección General de la Policía. "Las faltas siempre son más difíciles de combatir y en años anteriores incluso se consiguió bajar mucho los delitos mientras las faltas aumentaban, lo que rompía la estadística", según fuentes policiales.

Los asuntos policiales iban algo mejor al comenzar el año, ya que en los seis primeros meses la bajada de la criminalidad llegó a estar en el 2,58%. Pero, como suele ser habitual, la mayor incidencia de la delincuencia en los meses de verano y, también, el aumento de los delitos sexuales (especialmente en Madrid) rompieron la tendencia, hasta dejarla, al acabar noviembre, en el citado 1,57%.

La tendencia a la baja se quebró ligeramente en el mes de diciembre (los delincuentes no se toman vacaciones de Navidad), según las fuentes consultadas, por lo que, a falta de cerrar la estadística, "la bajada podría quedarse en un 1,4%". Los analistas policiales subrayan que el descenso se enmarca en un ciclo decreciente de la criminalidad -tras años de incrementos sostenidos-, que ya comenzó en los últimos meses de 2003, cuando aún gobernaba el Partido Popular, "sin que aún se sepa muy bien el porqué".

En total, en todas las comisarías de policía española se conocieron 1.242.463 infracciones penales entre el 1 de enero y el 30 de noviembre, unas 20.000 menos que en 2003. Los descensos han sido especialmente intensos en Navarra (-10,74%) y Cataluña (-6,57), pero en el caso catalán los datos se ven distorsionados por el progresivo despliegue de los Mossos d'Esquadra en territorios antes bajo la égida de la policía y ahora fuera de sus estadísticas.

Sin embargo, la criminalidad se ha disparado en las ciudades de Andalucía oriental (Málaga, Granada, Almería y Jaén, donde falta casi una cuarta parte de la plantilla policial), con un incremento del 8,67%, y en Melilla, donde sube un 6,87%. También crece la delincuencia en Castilla y León, Castilla-La Mancha, País Vasco, Extremadura, Murcia, así como las infracciones denunciadas antes los órganos centrales de la policía.

Los agentes se han aplicado especialmente durante el año pasado en el combate a las redes de delincuencia organizada, 1.272 de cuyos miembros han sido detenidos. De ellos, 304 formaban parte de grupos de la llamada "delincuencia especializada y violenta", la mayoría secuestradores, sicarios de narcotraficantes, ladrones de viviendas a los que no les importaba que estuvieran dentro sus moradores o atracadores de polígonos industriales.

También se han empleado a fondo los funcionarios de Desactivación de Explosivos, a los que trajeron de cabeza las falsas alarmas como la que obligó a desalojar, el pasado 12 de diciembre, a los 60.000 espectadores que presenciaban el Real Madrid-Real Sociedad en el estadio Santiago Bernabéu. En total, los Tedax recibieron 1.280 falsas alarmas, 212 amenazas creíbles de bomba, se aplicaron en destripar 19 artefactos simulados y desactivaron o explosionaron 399 artefactos reales (tanto explosivos como incendiarios), incluidos los que fallaron su criminal objetivo en el 11-M.

Lo que más le ha gustado a los responsables policiales ha sido el aumento de la eficacia, es decir, en el porcentaje de infracciones esclarecidas sobre la totalidad de las conocidas. En total, no llega a aclararse ni una cuarta parte de las infracciones conocidas, pero sí ha crecido de forma considerable en número de delitos resueltos, que se ha situado en un 30,46% de los conocidos, casi cinco puntos porcentuales más que en 2003.