De la Peña está en todas
El Espanyol anonada a Osasuna con una vertiginosa remontada
El Espanyol despachó a Osasuna con la autoridad de los grandes. Hacía mucho que el equipo blanquiazul no daba muestras de semejante autoridad, autoconfianza y capacidad resolutiva. Que las cosas se le torcieran cuando Webó adelantó a Osasuna nada más rebasado el primer cuarto de hora no hizo más que espolearle.
Lotina fió su dispositivo a la batuta de De la Peña, al que alineó en la media punta, y al impulso desde la línea de medio centro de Fredson, en una forma física exuberante. El brasileño contagió su entusiasmo por hacerse un hueco en el equipo titular, que ayer tuvo en base a las bajas de Dani y Àlex. De la Peña estuvo en las tres acciones con las que su equipo remontó en nueve minutos el tanto de Webó.
ESPANYOL 4 - OSASUNA 1
Espanyol: Kameni; Ibarra (Soldevilla, m. 87), Lopo, Pochettino, David García; Ito, Fredson; Maxi (Toni Velamazán, m.90), De la Peña (Amavisca, m. 76), Óscar Serrano; y Tamudo.
Osasuna: Elía; Expósito, Cruchaga, Josetxo, Corrales; Pablo García, Puñal; Valdo (Ortiz, m. 46), Webó, Delporte (Moha, m.58); y Morales (Milosevic (m.70).
Goles: 0-1. M.16. Webó empalma un espléndido tiro desde fuera del área.
1-1. M. 31. Maxi aprovecha un error de entendimiento entre Corrales y Elía.
2-1. M. 36. Fredson remata de cabeza un córner lanzado por De la Peña.
3-1. M. 40. De la Peña envía a la escuadra un lanzamiento de falta desde fuera del área.
4-1. M. 83. Fredson cabecea un centro de Tamudo.
Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Pablo García, Delporte, Fredson, Cruchaga, Expósito y Josetxo.
Montjuïc. Unos 20.000 espectadores.
Osasuna no logró echarle el lazo a Lo Pelat, a pesar de que Puñal trató de convertirse en su sombra. El mérito no fue sólo suyo. Ito, con un trabajo de recuperación y enganche entre la defensa y De la Peña y Fredson, hiperactivo, le dio ventaja al Espanyol en el centro del campo. Ni siquiera el espléndido gol de Webó le rompió el ritmo ofensivo al Espanyol. El delantero camerunés enganchó un trallazo desde unos cinco metros fuera de la frontal que dejó secó a su compatriota Kameni, finalmente alineado tras superar una gripe intestinal. El gol de Webó retrató la pegada de Osasuna. Pero no tuvo continuidad en el juego y tanto el camerunés como el uruguayo Morales quedaron ahogados en la línea de centrales del Espanyol, entre Lopo y Pochettino, abrochados por Ito.
El Espanyol se benefició del error de bulto que cometió la defensa de Osasuna. De la Peña, desde la zona de medios, trató de hacer un cambio en largo y en diagonal. El balón quedaba en franquía para Corrales. Pero, entre que retrasó mal de cabeza y entre que Elía salió peor y a destiempo, dejaron el balón a merced de Maxi, que sólo tuvo que empujarlo.
El gol dejó a Osasuna en estado catatónico. Defendió mucho pero garrafalmente. El segundo tanto del Espanyol dio buena prueba de ello. Con más de medio equipo en el área pequeña para defender un córner, el equipo navarro ni se enteró de la irrupción y el cabezazo de Fredson, que remató de manera inapelable el centro desde la esquina de De la Peña.
El Espanyol no se dio un minuto de respiro. Mantuvo la velocidad de crucero. Cuando Maxi no incordiaba por la derecha, aparecía Serrano por la izquierda; cuando Tamudo no ponía de nuevo a prueba a Elía, aparecía Fredson. Y así. Osasuna no encontró la forma de asentar su juego y permitir que Pablo García y Puñal se tomaran un minuto de respiro pera dedicarse a algo más que a correr tras De la Peña y Fredson. De Valdo y Delporte, por las bandas, no hubo noticias.
De la Peña redondeó su actuación con un soberbio lanzamiento de una falta desde la zona izquierda de la frontal del área. Envió al balón por encima de la barrera y lo clavó en la escuadra de derecha de Elía. El partido estaba visto para sentencia. Aguirre trató de dotar a su equipo de mayor consistencia y fuerza ofensiva. Dio entrada a Ortíz, Moha y Milosevic. De poco le sirvieron los cambios. El Espanyol continuó mandando y provocando ocasiones de gol. Ni Maxi ni Tamudo las aprevecharon. Lo hizo Fredson, que redondeó la goleada cuando el partido ya finalizaba. Por entonces, y en contra de lo que le caracterizó durante los últimos años, el Espanyol mantenía su dominio y su entusiasmo por jugar como los grandes, gustando y goleando.
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