"Mi planteamiento en fotografía se acerca al de un rodaje de cine"

Ixone Sádaba (Bilbao, 1977) quiso estudiar arquitectura, pero sus padres la convencieron de que su creatividad pedía Bellas Artes. Durante 2003 expuso su proyecto Citerón en el Espacio Abisal de Bilbao y en la Galería Fernando Pradilla de Madrid, con quien ha participado en las dos últimas ediciones de Arco y lo hará en la próxima. Lo último que ha presentado, el pasado año, es la serie de fotografías Morir de éxito en Bilbao, en BilbaoArte. Antes de todo esto trabajó en una agencia de publicidad.

Pregunta. ¿Cómo retomó su actividad artística?

Respuesta. Al año y medio de trabajar en publicidad, me entraron ganas de hacer cosas, aunque no sabía qué. En la agencia tenía un ordenador para mí 24 horas al día y una cámara digital. De ahí salió la serie Citerón, en la que aparezco yo misma todo el rato, porque era lo que tenía más a mano.

"La escena y la escenificación son una parte importante en mis composiciones"

"Mi próximo trabajo narrará o el encuentro con el otro o la imposibilidad del otro"

P. ¿Que quería contar?

R. Buscaba entenderme a mí misma y entender mi entorno.

P. Y volvió al arte.

R. De repente, un círculo del que me había separado conscientemente me atraía. Conocí al comisario y actual director del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC), Rafael Doctor, a quien le gustó lo que hacía y me dijo que me pusiera a trabajar en ello.

P. Sus fotografías tienen un gran componente teatral.

R. Siempre han sido muy escénicas. He estado rodeada de gente de teatro y he realizado performances. Para mí la escena es una parte importante y la escenificación, también. Leo mucha teoría del teatro, que aplico a la fotografía.

P. ¿Y el efecto collage?

R. Es que todo lo que se ve en la fotografía está recortado.

P. ¿Todo?

R. Nada está en ese sitio, las sombras son falsas, las perspectivas son falsas o irreales. Todo entero es mentira, está montado. Dejo pistas para que quien quiera pueda notar el montaje, como una flor repetida o una colina duplicada.

P. ¿Porqué esa necesidad de que todo sea falso?

R. Para generar una sensación de extrañeza en el espectador. Aunque no te des cuenta, el cerebro transmite que hay algo que no está bien en la imagen.

P. Luego retoca en el ordenador.

R. Sí, todo. Pero antes hay mucho trabajo, efectos especiales, elementos construidos... un trabajo teatral y también cinematográfico. Tengo una amiga que dice que yo no hago fotografía, que hago cine estático.

P. Dentro de cada una de sus fotografías hay muchas historias.

R. Para mí me supone tanto trabajo montar una fotografía como a otra persona un cortometraje. Porque mi planteamiento es casi de rodaje.

P. Su última exposición ha sido Morir de éxito en Bilbao, compuesta por una serie de fotografías. ¿Cree que las series tienen más sentido?

R. Mi fotografía tiene cierta narrativa, aunque no sea lineal. Con una serie puedo generar una nebulosa de narrativa. Hay una historia en el aire, que está más estructurada por medio de una serie.

P. Morir de éxito en Bilbao muestra muchos cuerpos destrozados. Hay imágenes bastante desagradables.

R. Es una serie muy vinculada a la muerte, a la experiencia de la muerte. Cuando estaba en Madrid a punto de venir a Bilbao me encontré a una amiga muerta en el baño. Le había dado un ataque.

P. ¿Cuenta su propia historia?

R. Mi obra es muy autoreferencial. Hablo de la incapacidad de olvido, que era lo que me sucedía a mí, y en torno a ella se suceden sacrificios. La serie tiene un fuerte componente mitológico. Se refiere a cosas que no puedes controlar y el ser humano está preso del recuerdo.

P. ¿Está preparando algo nuevo?

R. Otra serie, a la que estoy llamando Enamoramientos. En ella va a tener mucha importancia el paisaje, con un personaje al que no se le ve la cara. Aún no sé si narrará el encuentro del otro o la imposibilidad del otro.