Liquidez
Durante 2004, la economía mundial ha experimentado su tercer año consecutivo de expansión, alcanzando cifras de crecimiento próximas al 4,5%. Sin embargo, los tipos de interés de largo plazo en las principales economías se han situado en niveles que, en promedio, son similares a los del año anterior, y que en términos reales se sitúan por debajo de los promedios históricos. En el tramo corto de la curva, a pesar de que algunos bancos centrales han comenzado a ajustar al alza los tipos de interés, éstos se encuentran por debajo de los promedios históricos en los países industrializados. Esta situación ha hecho que el proceso de búsqueda de rentabilidades se haya intensificado en los últimos meses del año, de forma que las primas de riesgo en el mercado de crédito o en los mercados emergentes están en niveles mínimos.
A lo largo de este año debería producirse un paulatino drenaje de la elevada liquidez internacional actualmente existente
En este contexto, la debilidad del dólar está contribuyendo a generar algunas dinámicas que hacen que esta situación de notable liquidez se extienda a otras economías, generando un efecto multiplicador de la liquidez. Es el caso de China, que en un intento de evitar la revaluación de su divisa está aumentando sus reservas y su base monetaria. Esta economía se enfrenta a un riesgo de recalentamiento y, por ello, las autoridades se han visto obligadas a intentar frenar el crecimiento del crédito.
Esta expansión de liquidez se traslada también a la economía europea, en la que la apreciación del euro está contribuyendo a frenar el crecimiento y retrasa la fecha de inicio del ciclo alcista de tipos de interés por parte del BCE. Con estas expectativas, los tipos de largo plazo se sitúan en mínimos históricos. En definitiva, la liquidez actual parece exceder a la necesaria para sustentar el crecimiento de la actividad económica. Un drenaje gradual pero continuado de esta liquidez sería adecuado para evitar que termine generando una inflación, tanto de bienes y servicios como de activos, que precipite un final más brusco de la relajación monetaria.
Cabe esperar que a lo largo de 2005, los tipos de interés de largo plazo aumenten hacia niveles más acordes con los fundamentos. La ayuda de las autoridades chinas, revaluando su moneda y frenando la acumulación de reservas, podría ser también valiosa para romper algunas de las dinámicas que han dominado en los mercados financieros en el último año.
Mayte Ledo es economista jefe de Escenarios Financieros del Servicio de Estudios del BBVA.
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