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Reportaje:

En Las Rozas no hay semáforos

El Ayuntamiento, satisfecho al haber optado por las rotondas para solucionar los problemas viarios de la ciudad

Esther Sánchez

¿Dónde están los semáforos? No los hay. Ni uno. El municipio de Las Rozas, con 75.000 habitantes y un parque móvil de 43.800 vehículos, no los necesita. En su lugar, las rotondas salpican los viarios, tanto en el interior del casco urbano como en vías periféricas con mayor densidad de tráfico. La Policía Local de Las Rozas asegura que no existen puntos especialmente conflictivos. "Vivimos en uno de los municipios madrileños con menos siniestralidad", afirman los agentes.

"Es una filosofía, una forma de vivir. A mí me llamaban El Rotonda, porque fui el pionero en construir glorietas. Pero desde el principio lo he tenido muy claro, quería una ciudad del siglo XXI sin semáforos", afirma, orgulloso, el alcalde de Las Rozas, Bonifacio de Santiago, del PP. Y lo ha conseguido. Un técnico del Ayuntamiento explica que la filosofía consiste en ordenar el tráfico de manera natural; para ello, nada mejor que las rotondas.

Un sistema especialmente indicado para Las Rozas debido a que los mayores movimientos de tráfico se canalizan por las tres grandes infraestructuras viarias que atraviesan el municipio: M-50, A-6 y carretera de El Escorial. Las intensidades fuertes de entrada y salida de vehículos aparecen en esos viarios. "Nosotros tenemos que resolver la circulación que se mueve por el municipio para ir a las zonas de equipamientos: colegios, polideportivos, centros comerciales...", indica el técnico. Es en estos lugares donde a horas determinadas se puede producir algún colapso. La Policía Local interviene en esos momentos, poniendo guardias para ordenar el tráfico.

Al peatonalizar el casco urbano han surgido otros puntos en los movimientos transversales dentro del pueblo que generan conflictos puntuales. "Un semáforo no solucionaría nada", mantienen desde el Ayuntamiento, ya que, explican, "es un problema relacionado con la estructura viaria antigua del municipio. Al aumentar el parque automovilístico, las calles no tienen capacidad para absorberlo". "Con las glorietas la fluidez del tráfico es total. Si hubiera semáforos se retendría más. Además, en una rotonda hay menos puntos de conflicto que en una intersección. Por otra parte, los vehículos reducen la velocidad, con lo que un golpe es menor que cuando alguien se salta un semáforo", sostienen los agentes Jesús Camacho y Javier Merino. En cuanto a las dificultades que se pueden encontrar los peatones a la hora de cruzar una vía sin semáforo, se soluciona mediante pasos de peatones alejados de la glorieta.

Con el nuevo plan general, Las Rozas y, en consecuencia, su parque automovilístico, seguirá aumentando. A pesar de ello, el alcalde y los técnicos municipales están convencidos de que no necesitarán ningún semáforo para regular los movimientos de los nuevos vehículos que circulen por la localidad.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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