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Las pesquisas del homicidio de un policía destapan un grupo de agentes corruptos

La víctima iba presuntamente a cometer un secuestro por encargo de unos narcos

La muerte del agente de la comisaría de Leganés José Manuel Álvarez Pacios, de 48 años, ha puesto al descubierto un grupo de policías corruptos supuestamente vinculados a una organización de tráfico de estupefacientes, según fuentes policiales. Los inspectores de Homicidios han detenido en las últimas horas a un compañero de la víctima, el también policía José M. C., de 45 años, y a una pareja formada por Jesús G. C., de 40 años, y María de los Reyes E. L., de 39. Esta última fue, presuntamente, la que mató de dos disparos a Álvarez Pacios tras arrebatarle su revólver.

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Los hechos se produjeron el pasado miércoles sobre las 19.30, cuando la pareja circulaba en su vehículo, un Honda Accord de color blanco. Éste fue abordado por un turismo pequeño del mismo color que llevaba en el techo un piloto lanzadestellos azul, como los que usan los coches camuflados de los cuerpos de seguridad del Estado. Este último iba conducido, según las primeras investigaciones, por un delincuente colombiano (aún no ha sido detenido) y junto a él viajaba Álvarez Pacios, según la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

El agente se bajó del coche y, tras mostrar su placa insignia a Jesús G. C., le pidió a éste su carné de identidad. En ese momento también se acercó al lugar otro de los dos ocupantes de un tercer vehículo que paró tras el Honda Accord de la pareja.

El policía y este último hombre agarraron por la chaqueta a Jesús en un duro forcejeo para introducirle en el coche del lanzadestellos, con la intención de secuestrarle. Sin embargo, después de propinarle varios golpes, Jesús logró zafarse y echó a correr. En ese instante, se le cayó a Álvarez Pacios el revólver Magnum 345, que inmediatamente fue recogido por María de los Reyes. La mujer "disparó contra los que estaban agrediendo a su compañero", según una nota oficial de la jefatura, hasta gastar los seis cartuchos del arma.

La pareja huyó a pie

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Dos de los disparos alcanzaron en la zona pélvica (cerca de los genitales) y en el pecho al agente. El balazo del tórax fue el que le causó la muerte, ya que le afectó a un pulmón. Mientras tanto, la pareja dejó abandonado su coche huyendo a pie hasta su domicilio, que se encuentra a unos 800 metros del lugar de los hechos.

Ambos recogieron a sus hijos y se fueron precipitadamente de Vicálvaro. La pareja se entregó ayer por la mañana voluntariamente en comisaría tras conocer que los dos estaban siendo buscados por los investigadores de Homicidios.

Estas detenciones se produjeron unas 24 horas después de que fuera arrestado un compañero del fallecido que también trabaja en la comisaría de Leganés. Se trata del agente José M. C., de 45 años, que ha sido acusado de "encubridor y por su participación previa a los hechos que produjeron la muerte de Álvarez Pacios", según el comunicado oficial.

María de los Reyes ha declarado que había visto a José M. C. por los alrededores de su casa en los días anteriores al tiroteo, aunque, cuando se produjo éste, no estuvo presente en el sangriento incidente. De hecho, la mujer ha reconocido a través de fotografías tanto al policía fallecido como al que estaba vigilando su domicilio (José M. C.).

Mientras, Jesús G. C., que quedó libre a disposición del juzgado de guardia, reconoció todo lo relatado por su compañera sentimental María de los Reyes y ratificó todos los detalles facilitados por ella. Un grupo de familiares esperaba a mediodía de ayer a la pareja, mientras ésta prestaba declaración en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. "Que no le pongan ahora de víctima [al policía fallecido], cuando era un corrupto", señaló una de las mujeres que aguardaba en la calle del Doctor Federico Rubio y Galí (Moncloa). "Si no se hace justicia y la policía no se porta bien, toda España se enterará de lo que ha pasado aquí. Desde luego, nosotros somos unas víctimas", añadió otro joven.

Investigación abierta

Las investigaciones continúan abiertas, ya que quedan por detener el resto de personas implicadas en el intento de secuestro de Jesús G. C. La policía cree, según las pesquisas, que detrás de este hecho está un grupo de narcotraficantes.

A la vez, la Jefatura Superior de Policía, con su máximo responsable a la cabeza, Miguel Ángel Fernández Rancaño, intenta "esclarecer, en su totalidad, las actuaciones irregulares de los policías, tanto del fallecido como del otro detenido, por cuanto sus intervenciones fueron hechas fuera de servicio y en labores no encomendadas por sus mandos".

El delegado del Gobierno, Constantino Méndez, ha dado prioridad absoluta a este asunto, ya que quiere resolver, junto con la cúpula policial de Madrid, no sólo el crimen del agente, sino también aclarar internamente si hay otros policías que puedan haber incurrido en actividades ilícitas.

Méndez tiene previsto reunirse mañana con el director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, para pedirle que llegue al fondo de este asunto, según fuentes del caso.

Investigado por Asuntos Internos

José M. C., el policía de 45 años detenido por su supuesta implicación en la red de extorsión, ya fue investigado hace meses por el departamento de Asuntos Internos de la Dirección General de la Policía al recaer sobre él sospechas de diversas irregularidades. Sin embargo, las pesquisas concluyeron sin poder demostrar que el agente hubiese cometido algún hecho contrario a la ley.

La policía también está investigando la forma en que se produjo el tiroteo, ya que no descarta que el primer disparo se lo produjera el propio agente fallecido en la zona pélvica durante el forcejeo con Jesús G. C., el hombre al que supuestamente pretendía secuestrar. El revólver será analizado en el laboratorio de balística. La pareja formada por María de los Reyes E. L., de 39 años y Jesús G. C., de 40, se deshizo del arma arrojándola en una papelera cercana al lugar de los hechos, en la calle de Campo de la Torre (Vicálvaro). Cuando los investigadores la recuperaron la misma noche del crimen, sólo tenía las vainas de seis cartuchos en el tambor.

Las pesquisas intentan localizar a los otros tres hombres que participaron en el sangriento incidente junto con el agente muerto a tiros. Presuntamente, se trata de tres extranjeros relacionados con una red de tráfico de droga.

El agente José Manuel Álvarez Pacios, de 48 años, fue enterrado ayer en el cementerio de la parroquia de Santa Cruz, en el municipio orensano de Lobeira.

Al sepelio acudieron centenares de personas, entre familiares, compañeros y vecinos de la localidad. El fallecido estaba casado y tenía tres hijos. Estaba destinado en los radiopatrullas del Módulo Integral de Proximidad 1 (MIP) de la comisaría de Leganés.

Desde junio de 2004 se hallaba de baja laboral, aunque debía de haberse reincorporado al trabajo el pasado 6 de enero, el día siguiente a su muerte.

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