_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Vuelve la Constitución

El Partido Popular, que votó en contra de la Constitución, la elevó a sagrada cuando descubrió que gobernar con ella era un placer. El cambio de Gobierno la humanizó, la puso por debajo del hombre (sagrado=sobrehumano), pero desde hace días, y especialmente en la Pascua Militar del miércoles, resurge su santidad. Es lógico que el Rey la defienda; es como un contrato de trabajo bien pagado para él, su hijo o su posible nieto -ah ¿qué pasa con eso?-; pero en Bono suena raro, aunque venga incidiendo en esa disparidad desde que llegó al cargo. No me preocupan las disparidades entre miembros de un Gobierno que se siente de izquierda: la izquierda es eso, libertad individual, creencias, planes propios. La sacralización del bloque, la unidad y el mando único son autocráticos, desde Franco hasta Aznar. He visto así el socialismo, aun cuando inscribía en su programa la socialización, era republicano, cantaba la Internacional, iba a la cárcel, se ponía el frente de la defensa antifascista y era fusilado, encarcelado y exiliado. Largo Caballero, Prieto, Besteiro, Negrín, Álvarez del Vayo, y no hago más lista porque me salgo de mi columna, representaban "mil escuelas, mil flores", como decía Mao de su comunismo.

Contaba el socialismo en el país -aquel- aunque nunca alcanzase la presidencia del Gobierno. Mi impresión es que en la oposición de entonces tuvo más logros que en su Gobierno posterior (González). En estos meses el presidente ha dado muestras de fuerza y serenidad, y de un posibilismo interesante. Pero ¿quiénes son sus votantes? Gran parte son los que venderían su alma a un santo (Bono) a cambio de ver caer a Aznar; no les oigo quejarse, pero se alarman cuando ven cosas como la repetición de la defensa global de la Constitución. Se sabe de qué se trata: de negar el derecho a Ibarretxe a ejecutar su plan. Hablan de la Constitución como de un todo y de un altar para el sacrificio, y eso no es. Hablan delante de un Rey que la abraza, y muchos no queremos monarquía. Ah, yo no voté la Constitución por dos cosas: la monarquía y las autonomías. Sí quiero que se modifique en muchas cosas, nadie tiene derecho a decir ante el Ejército que es intangible. La misma Constitución me da derecho a discrepar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_