El cadáver de un perro lleva dos días dentro de una vivienda calcinada de Alcobendas, según los vecinos
Un olor nauseabundo salía ayer de la vivienda calcinada del municipio de Alcobendas donde el pasado jueves falleció Aurora Cuenca, de 65 años, como consecuencia de un incendio. Los vecinos de la víctima denunciaron que, por segundo día consecutivo, el cadáver del perro de la mujer permanece en el interior de la casa, y que el precinto policial les impide realizar cualquier limpieza.
"La asistenta social nos ha dicho que hasta que no venga el juez no podemos tocar nada, que dejemos todo como está", explicaron los residentes. Aurora murió abrasada y, según sus vecinos, a su lado se encontraba su mascota, Bobby. "El olor del perro muerto se está metiendo en todas partes", denunciaron Cándido y su esposa, Paloma. El fuerte hedor que se desprende de la vivienda también puede estar provocado porque el frigorífico de la fallecida está aún repleto de comida. "Mi habitación apesta", agregó una de las hijas adolescentes del matrimonio.
El patio que comparten la vivienda de la fallecida con otras dos casas bajas era ayer "un lugar para cerdos", según denunciaron los residentes. Aparte del olor, en el suelo quedan todavía los restos utilizados por los sanitarios que intentaron reavivar a la mujer tras el suceso. Hay una jeringuilla y un tubo de respiración, además de una lona. No son los únicos restos. "Aquí hay ropa interior quemada, un costurero y unas vendas que se ponía cuando se iba a bañar", denunció Paloma, mientras señalaba a un amasijo medio abrasado que hay repartido por el patio. Ni ellos ni su otra vecina de patio, Dolores, entienden cómo es posible que "la porquería" esté aún en el patio cuando ya han pasado dos días desde el fallecimiento de la mujer. "Lo único que podemos hacer es echar litros y litros de ambientador", añadieron.
Los vecinos esperan que alguien acuda a limpiar el lugar lo antes posible. "No podemos esperar a el lunes, esto es insoportable", concluyeron.
Aurora Cuenca, que vivía sola, fue enterrada ayer en el tanatorio de La Paz. Al sepelio acudieron su hermano y sus tres únicos vecinos.
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