Condenado a 113 años el violador de ocho mujeres en Barcelona

La Audiencia de Barcelona ha condenado a penas que suman 113 años de cárcel a Carlos Gilberto Serna Prieto por haber robado, agredido y violado a ocho mujeres en Barcelona entre agosto y septiembre de 2002.

Serna, de 32 años y nacionalidad colombiana, fue juzgado los días 14 y 15 de diciembre por la Sección décima de la Audiencia de Barcelona por un total de 18 delitos: ocho violaciones (dos de ellas en grado de tentativa), ocho robos con violencia, una detención ilegal y otro delito de lesiones, además de seis faltas de lesiones, por los que la fiscalía había pedido 142 años de cárcel.

El acusado, según la sentencia, deberá indemnizar a las ocho mujeres asaltadas con un total de 181.260 euros por los daños morales causados, y con otros 8.263 euros por los efectos sustraídos y las lesiones sufridas.

Según declararon en el juicio las víctimas, con edades entre los 18 y los 53 años, Serna las solía asaltar a punta de navaja, en la calle, en un portal o en un cajero, más bien de madrugada y, tras robarles sus pertenencias, las llevaba a un lugar más apartado para violarlas, amenazándolas con matarlas si no accedían a sus pretensiones.

Pruebas de ADN

El acusado negó primero su participación en los hechos, pero las pruebas de ADN encontradas en tres de sus víctimas le obligaron a cambiar de estrategia durante el juicio, en el que declaró que las relaciones sexuales con las víctimas "en ningún momento fueron forzadas sino consentidas".

El tribunal no ha dado ningún crédito a esta versión y resalta, por el contrario, que todas las víctimas ofrecieron unas declaraciones "claras, precisas, contundentes, verosímiles y creíbles" sobre los hechos, que fueron corroborados por las pruebas periciales practicadas, entre ellas las de ADN.

En la sentencia, el tribunal considera que Serna es "especialmente peligroso", y añade que "resulta de especial repugnancia la reiteración de sus abominables delitos, durante el curso de los cuales no sólo golpeó, maltrató, atemorizó, sustrajo bienes, retuvo y agredió sexualmente a las víctimas, sino que les hizo vivir un auténtico infierno en este mundo".

El tribunal afirma que el violador obligó a las mujeres a "tragar su semen" e incluso "hurtó de la manera más vil la virginidad de una de las víctimas". Los jueces rechazan la aplicación de circunstancias atenuantes de la responsabilidad dado que no se ha apreciado ninguna disfunción de sus facultades mentales. Recuerda que los forenses certificaron que Serna "no presenta ninguna alteración (ni psicosis ni déficit tan siquiera de la personalidad con un mínimo trastorno) que le merme mínimamente sus funciones de entender y de querer lo que hace", y sólo advirtieron, "de manera leve, ciertos rasgos narcisistas, que en modo alguno van acompañados de trastorno de su personalidad".