La plana mayor del rock de EE UU canta a Warren Zevon al año de su muerte
'Enjoy every sandwich' incluye apariciones de Dylan, Springsteen, Pixies o Steve Earle
Apenas un año después de la muerte del cantautor de Chicago Warren Zevon (1947-2003), acaba de ver la luz el disco de homenaje Enjoy every sandwich, una iniciativa de su hijo Jordan Zevon a la que se han sumado con entusiasmo personalidades del rock estadounidense como Steve Earle, David Lindley, Pixies, Jackson Browne con Bonnie Raitt, Don Henley (Eagles) o los Wallflowers de Jakob Dylan. Bob Dylan y Bruce Springsteen se adhieren con sendas interpretaciones en directo.
Zevon siempre encajó a la perfección en el consabido arquetipo del autor de culto. Podía recibir elogios encendidos de líderes de opinión como Michael Stipe (REM) al tiempo que sus discos apenas despachaban unos pocos miles de ejemplares. Tras saber que sufría cáncer en ambos pulmones, Zevon decidió en 2002 concentrar todas sus fuerzas en un último álbum, The wind. Ironías del destino: ha sido, de lejos, su mayor éxito (más de medio millón de ejemplares vendidos en EE UU), y el pasado febrero le reportó dos grammies póstumos, al mejor disco de folk contemporáneo y al mejor dúo de rock (por Disorder in the house, junto a Bruce Springsteen).
Sus amigos y admiradores diseccionan ahora en Enjoy every sandwich su cancionero a menudo cáustico y afilado (Monkey wash donkey rinse, Ain't that pretty at all), pero en el que también había espacio para la ternura. El ejemplo más claro de este segundo grupo lo constituye la estremecedora Keep me in your heart (Manténme en tu corazón), literalmente la última canción de Zevon, que aquí reelabora su colaborador musical más estrecho, Jorge Calderón, junto a Jennifer Warmes.
En la introducción de My ride's here, Springsteen se refiere a Warren Zevon como "uno de los más grandes de los grandes cantautores americanos". Además, entre las otras 13 piezas recogidas en Enjoy every sandwich se cuelan dos sorpresas. La primera, un tema titulado The wind que Zevon no llegó a grabar para su álbum homónimo y al que aquí da vida Billy Bob Thornton. La segunda es otra pieza inédita y verdaderamente espléndida, Studebaker, que corre por cuenta de un Jordan Zevon de voz asombrosamente parecida a la de su progenitor.
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