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Una organización de Europa del Este extorsionaba a compatriotas

El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido recientemente a ocho personas procedentes de países de Europa del Este que presuntamente formaban una banda delictiva dedicada a extorsionar a compatriotas. Con el método más genuino del cine de gansters, estas personas exigían a sus compatriotas residentes en España diferentes cantidades de dinero en concepto de protección. Si las víctimas se negaban, ellas mismas o su familiares recibían las agresiones de los miembros de la banda, según explicaron ayer fuentes policiales.

La última de estas víctimas, un ciudadano ucranio, fue secuestrado en Fuenlabrada y trasladado a un piso de Móstoles, donde recibió una paliza que le causó fracturas de cráneo y de los huesos de la nariz, explicó la policía. Esta persona no era objeto directo de la extorsión, sino que los delincuentes querían conocer todos los datos personales y contactar con un ciudadano ruso al que sí pretendían extorsionar.

Esta última víctima, después de la paliza, ocurrida hace escasamente un mes, puso la correspondiente denuncia en la comisaría de Móstoles, con la cual se iniciaron las investigaciones, que finalmente han culminado con la detención de los ocho presuntos integrantes de la banda. Tras ser alertados por la denuncia, los agentes del grupo XVI de la Brigada de Policía Judicial comenzaron a vigilar la vivienda mostoleña donde había permanecido la víctima. De esta manera, la policía conoció la existencia de dos pisos más utilizados por la organización delictiva, ambos en la capital, concretamente en las calles de la Costanilla de los Olivos y del Sáhara.

Órdenes de expulsión

Cuando los investigadores lograron identificar plenamente a todos los integrantes de la banda procedieron a las detenciones. Fueron ocho: cuatro ucranios un bielorruso, dos lituanos y un armenio. De ellos, Ihor K., Borís S., Gurgen N., Sofiya L. e Ígor S., han sido puestos a disposición judicial. Ígor S., ucranio de 28 años y presunto cabecilla de la organización, cuenta con antecedentes policiales por los mismos delitos de los que ahora se le acusa y tiene decretada una orden de expulsión.

En cuanto a los otros tres detenidos, la policía ha comenzado a tramitar un expediente de expulsión para ellos, ya que se encontraban en España en situación irregular.

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Para los investigadores es muy conocido el método utilizado por esta banda. Los delincuentes obtienen datos personales de las víctimas y les amenazan tanto a ellos como a sus familiares, que muchos siguen residiendo en sus países de origen. Realizan los cobros utilizando la intimidación y, en su caso, la violencia. La gran dificultad para la policía, según explican ellos mismos, es que no se suelen denunciar estos hechos, no sólo porque la víctimas teman ser agredidos, sino sobre todo porque temen las represalias que pudieran sufrir sus familiares.

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