Antidroga ha abierto este año el doble de expedientes que en 2003 por 'botellón'
El 30% de los sancionados no paga la multa
Los casos de botellón expedientados por la Agencia Antidroga de la Comunidad se han duplicado respecto a 2003: si el año pasado fueron abiertos unos 3.400 expedientes, hasta el 30 de septiembre de 2004 la agencia recibió 7.431 denuncias de las diferentes policías municipales de la región. Según un portavoz de la agencia, esto no supone que se beba más en la calle, sino que "hay más control por parte de la policía". De los expedientados, unos 2.300 (un 30% del total) no pagaron la multa (300 euros), y más de 4.000 (el 55%) acudieron a las sesiones informativas de la agencia para eludir la sanción.
Hace dos años y medio, en agosto de 2002, entró en vigor la llamada ley antibotellón, o Ley contra las Drogodependencias y otros Trastornos Adictivos, en su denominación técnica, promulgada por el Gobierno regional, presidido entonces por el hoy alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Esta norma sanciona, entre otros casos, los botellones (reuniones multitudinarias para beber alcohol en la vía pública). Así, en 2003 los municipios de la región remitieron unas 3.400 denuncias por beber en la calle a la Agencia Antidroga de la Comunidad, dependiente de la Consejería de Sanidad, a las que siguieron los correspondientes expedientes para recaudar las sanciones. Pero lejos de cumplir su función disuasoria, este año, hasta el pasado 30 de septiembre, la agencia abrió 7.431 casos, más del doble que el año anterior.
Un portavoz de la Agencia Antidroga asegura que esta comparación "no se debe a que se produzcan más casos de botellón que en 2003, lo que ocurre es que las policías municipales están intensificando la vigilancia de este fenómeno y así se producen más denuncias".
Proceso de sanción
Una vez puesta la denuncia, la Agencia Antidroga comienza el proceso de sanción, que se saldará con una multa de 300 euros (rebajada por el actual Gobierno regional, ya que la cuantía mínima de la sanción prevista en un principio por la ley era de 30.000 euros), o si el interesado lo prefiere, con una sesión informativa de cuatro horas y media de duración en la que le explicarán en qué consiste la ley que ha quebrantado y los perjuicios a la sociedad y a su propia salud que acarrea el consumo de alcohol.
Según la agencia, el 55% de las personas sancionadas (unas 4.000) prefirió eludir la multa acudiendo a estas charlas informativas, lo que supone "todo un éxito para nuestro trabajo, ya que nuestra función principal no es recaudar dinero", afirma el portavoz.
Por otro lado, el resto de personas sancionadas, unas 3.400, eligió en un primer momento pagar la sanción. Así, entre el pasado 1 de enero y el 30 de septiembre, la agencia recibió por pago voluntario más de 35.400 euros.
Pero deberían haber sido muchos más. Según el portavoz de la agencia, el 30% de las personas expedientadas, unas 2.300, "no pagó la multa en el tiempo establecido por la ley", ya sea porque la Agencia Antidroga no llegó a contactar con el interesado para comunicarle que va a ser multado. Pero el motivo por el que la carta certificada en que se notifica la sanción no llega al destinatario -por cambio de domicilio, por ausencia o por negarse a la recepción- es indiferente para que el trámite siga su camino: su nombre es publicado en el Boletín Oficial de Comunidad de Madrid (BOCAM) y se da por notificado ante la ley.
Así, en unas 2.300 ocasiones han aparecido en el boletín los nombres de estas personas, señalando el escalón en el que se encuentra su expediente. En algunos casos se comunica el día y la hora en que deben presentarse en la calle de Julián Camarillo, sede de la Agencia Antidroga, para asistir al curso. Si no lo hacen, entra en acción la Consejería de Hacienda para cobrar, y con recargo.
Fenómeno en retroceso
La Agencia Antidroga no dispone de un dato exacto del número de botellones que se siguen produciendo en la región dos años y medio después de la entrada en vigor de la ley, pero sí ha detectado que el fenómeno "se ha atomizado", según el portavoz. Es decir, "ya no se producen esos superbotellones de cientos de personas en una plaza bebiendo, que antes se reunían, sobre todo, en el centro de las ciudades, como en el caso de Madrid. Ahora son grupos pequeños y dispersos", dice, e insiste en que el botellón, "poco a poco, parece que se está reduciendo".
Otro cambio, que según la agencia es consecuencia de la acción disuasoria de la ley, es que son cada vez menos los menores de edad que se atreven a beber en la calle, aunque una reciente encuesta elaborada por la misma Agencia Antidroga sitúa en 13,7 años el promedio de edad del inicio en la bebida. "Un 97% de los sancionados por beber en la calle es mayor de edad", insiste el portavoz, y el Ayuntamiento lo corrobora. Éste ha observado que desde que comenzó a funcionar la norma se ha reducido el consumo de alcohol en grupo en la vía pública y destaca que ha subido la edad media de las personas que beben en la calle.
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