Censura en Bormujos

Los caminos de la política son inescrutables. Lo que hoy es recto, mañana puede estar torcido. Todo cuestión de intereses, claros o turbios. Es difícil explicar a la ciudadanía un pacto político que posibilite un Gobierno municipal, máxime cuando no eres la fuerza vencedora de las elecciones. Así ha ocurrido en Bormujos. En mayo de 2003 el PSOE obtuvo el 2º lugar en número de concejales. Pactó con una fuerza política independiente para alzarse con la alcaldía. Pueden tildarte de que se busca solo el poder. Es cierto, pero luego viene la demostración de la realidad. En este caso, el Gobierno municipal ha demostrado a sus ciudadanos el sello claro, nítido, de su forma de gobernar. Con un interés basado en hacer ver a los ciudadanos de este pueblo que los servicios municipales son un Derecho de ellos y no "el cortijo de juanillo" en el que hago y deshago a golpe de anillo. Se ha intentado, con gran acierto, ir en la dirección del interés general. Ahora el interés individual manda. Un joven político sin escrúpulos, interesado en su protagonismo personal y tocado por la vara podrida de quien quiere ser alcalde, alguien que ya lo fue durante doce aciagos años para Bormujos, eso sí, ladrillos y nuevos ricos no faltaron, ese personaje que busca revanchismos, ha tocado a este pobre concejal sin escrúpulos y sin conciencia para que traicione a sus propios compañeros y tumbe un Gobierno municipal del que él mismo formaba parte ¿A cambió de qué? Porque esto, en opinión de muchos, tiene un precio seguro y seguro que la compra ha sido tasada. Ahora solo cabe esperar, con la conciencia bien alta, porque el deber cumplido así lo exige y las obras y proyectos ahí están, que como bien diría Santa Teresa "la paciencia todo lo alcanza" y, desde luego, el tiempo pone a cada uno en su lugar. A los que quieren "trincar el Ayuntamiento" pronto los veremos poniendo ladrillos a favor de intereses privados. Tiempo al tiempo.