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Grundman triunfa en la música instrumental con un álbum benéfico

El disco es candidato a los premios de las emisoras estadounidenses

Tras ser preseleccionado para los premios Grammy, el compositor de new age Jorge Grundman (Madrid, 1960) es ahora candidato a los prestigiosos Nar 2004 Lifestyle Music, otorgados por las emisoras de radio de música instrumental estadounidenses. Grundman compite en la categoría de mejor álbum instrumental contemporáneo, por su disco We are the forthcoming past, take care of it, un álbum de carácter benéfico.

We are the forthcoming past, take care of it recoge las piezas colgadas por Jorge Grundman en Internet y que le han reportado más de un millón de bajadas,

además de situarle en el puesto cuarto de las listas de new age en Estados Unidos. Pero la particularidad más reseñable es que todos los beneficios conseguidos por ese disco - tanto las bajadas de Internet como las ventas en formato físico- van destinados a la organización Médicos sin Fronteras a través del sello discográfico de carácter benéfico Non Profit Music, creado por Grundman.

Músico de formación clásica, Grundman participó en la movida madrileña como compositor y teclista del grupo Fahrenheit 451. Sin embargo, justo cuando el grupo consiguió un importante contrato discográfico, el artista decidió abandonar su carrera profesional para dedicarse a la enseñanza en telecomunicaciones, labor que aún desempeña: "Cuando logramos fichar por una multinacional se me vino el sueño abajo y vi que eso no era lo que pretendía. A partir de ese momento, me puse a componer para mí y para mis amigos. Entonces grababa en mi casa y me ponía en el coche". Sin embargo, el afán de difundir su música, instrumental y hecha exclusivamente con teclados, llevó a Grundman al medio emergente de Internet. Colgó sus composiciones en la extinta página Mp3.com: "La respuesta me desbordó. He tenido millón y medio de bajadas hasta que desapareció la página. Después la llevé a otros portales y se situó continuamente en las listas de los más bajados y además compitiendo con nombres como Enya o la banda sonora de El señor de los anillos". De hecho, sus canciones llegaban a superar muchas veces a estos nombres consagrados, pero además había también una respuesta externa a Internet: "Recibía miles de correos y la gente, pese a que los temas estaban en formato mp.3 y se podían descargar, quería comprarse también el disco físico. Llegué a recaudar 3.500 euros el primer año y se los cedí a Médicos sin Fronteras. El siguiente año el fenómeno fue en aumento y hubo que empezar a pensar en darle una salida ortodoxa", cuenta.

La sorpresa llegó cuando encontró a un montón de gente que quería participar. De este modo, creó el sello Non Profit Music. "Como no existe la premisa de ganar dinero con nuestra música, hacemos pequeñas tiradas muy selectas, de 1.000 ejemplares en España y 10.000 en los Estados Unidos. Otro de los músicos del sello, David Caballero, consiguió en su momento dos millones de bajadas y llegó a recaudar ocho millones de pesetas. Estuvo a punto de ficharle la multinacional Warner, pero he conseguido convencerle para que lo haga por Non Profit Music".

La filosofía de Grundman pasa por "tener una continuidad y que para marzo del año que viene Non Profit Music sea una fundación declarada de utilidad pública por el Ministerio de Acción Social, porque todo el dinero va a ir para las más diversas causas humanitarias. Nuestras cuentas son permanentemente auditadas por Médicos Sin Fronteras". Todo ello con la loable idea de "dar a conocer a nueva gente que hace este tipo de música" y "dignificar la labor del artista".

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