"Europa necesita un mercado como el Nasdaq"
La firma de capital riesgo critica la falta de financiación a nuevas empresas tecnológicas
Sir Ronald Cohen hace honor a su título de caballero. Impecablemente vestido, educadísimo y con un inglés que deja bien a las claras su licenciatura por la Universidad de Oxford, transmite una calma en teoría muy lejana al mundo en el que vive, el financiero. Cohen es socio fundador y presidente de Apax Partners Holdings, una de las mayores firmas internacionales de capital riesgo que gestiona más de 12.000 millones de euros, parcialmente invertidos en más de 330 empresas en todo el mundo. En España, donde se instaló en 1999, ha invertido 180 millones y tiene en cartera nuevos objetivos. "Realmente", dice Cohen, "estoy muy impresionado del desarrollo que han tenido los mercados financieros españoles y de su apertura al capital riesgo. Durante años hemos tenido que explicar lo que hacemos y ahora, sin embargo, lo que nos preguntan es cómo se pueden desarrollar mejor los negocios. Y eso es un cambio gigantesco".
"Las autoridades se han dado cuenta de que si quieren privatizar alguna empresa, a mayor claridad, mejor precio se obtendrá"
"Con la financiación a largo plazo que proporciona el capital riesgo las empresas no se sienten presionadas por los resultados inmediatos"
Pregunta. ¿Se ha operado ese cambio en el resto de Europa?
Respuesta. Este sector se ha transformado mucho desde que yo empecé a trabajar en él, hace ya 32 años. Entonces se pensaba que la iniciativa empresarial, los emprendedores, era un fenómeno propio sólo de Estados Unidos. Hoy nadie duda de que es un fenómeno mundial y en Europa, además, los gobiernos han entendido que la inciativa empresarial es crucial para el desarrollo de la economía, así que se ha creado una especie de clima, de ecosistema favorable a este actividad. En Europa ahora hay mucha más receptividad al capital riesgo, que está ganando peso y profesionalidad. Ahora el sector tiene que definir claramente cuál es su papel en este entorno favorable.
P. ¿Cuál debe ser ese papel?
R. Desde luego es muy diferente al de la Bolsa. El capital riesgo hace 30 años no tenía una identidad muy clara pero ahora, en mi opinión, tiene un papel clarísimo en los mercados financieros, que es el de proveedor de fondos para el desarrollo de las empresas a largo plazo. Y eso vale tanto para las grandes como para las pequeñas empresas que, por una u otra razón, no encajan bien en Bolsa. Normalmente porque sus resultados a corto plazo no les están yendo muy bien, ya sea porque hay riesgos financieros, por problemas de gestión o por cambios en el mercado.
P. ¿Pero qué ventaja ofrece la financiación vía capital riesgo sobre la financiación a través de la Bolsa?
R. Que las empresas no se sienten presionadas por los resultados a corto plazo y que aceptamos inversiones arriesgadas. Hacemos todo lo posible por desarrollar las empresas y que no tengan pérdidas, pero asumimos que las pueden tener.
P. ¿Cree que el sector de capital riesgo lo está haciendo bien. Está eligiendo bien sus objetivos?
R. Insisto en que se ha desarrollado mucho, pero el sector podría hacerlo mejor. El problema es que en Europa no tenemos mercados como el Nasdaq, que aceptan compañías con altos niveles de riesgo en su negocio, pero también con altas probabilidades de conseguir importantes beneficios. Y las aceptan antes de que los consigan. En Europa se pueden contar con los dedos de una mano las compañías de capital riesgo que invierten en empresas que están empezando, y eso no es bueno. Europa necesita desarrollar un mercado efectivo para financiar empresas innovadoras o la brecha tecnológica que tiene con Estados Unidos, y que permanece probablemente igual desde hace 25 años, será todavía mayor.
P. ¿Y eso de quién depende?
R. El problema es que la responsabilidad es de un organismo supranacional, que es la Unión Europea. Pero tiene muy poco poder para llevarlo a cabo. Si pudieran crearlo un conjunto de países como España, Italia, Alemania, Francia, el Reino Unido, Holanda y Bélgica, eso impulsaría que luego se adhirieran los demás.
P. En España hay pocas compañías de capital riesgo y pocas transacciones
R. Es que lleva un tiempo el que el capital riesgo sea algo habitual en los mercados. Pero si se fija, ahora hay muchas firmas internacionales en varias operaciones en empresas españolas. En estos momentos es un sitio interesante para estar. Es impresionante comparar cómo son los emprendedores ahora y cómo eran hace 15 años. Ahora están mejor preparados, son más joeves, y tienen una mejor visión global. Nosotros hemos apoyado una compañía que se ha convertido en líder mundial de las antenas para telefonía móvil. Hace tiempo eso era impensable.
P. ¿Cuáles son los objetivos de Apax en España?
R. No tenemos un conjunto específico de objetivos, simplemente analizamos las oportunidades de inversión que van saliendo. Buscamos empresas que requieran fondos a largo plazo y que en el proceso de reconversión ofrezcan oportunidades para llevar el negocio más lejos.
P. Apax invierte en seis sectores estratégicos, todos relacionados con la tecnología o los servicios. ¿Es que la industria tradicional no es atractiva?
R. No es que no estemos interesados en la industria, es que las oportunidades que surgen en ese sector lo hacen en países con costes más bajos que los que rigen en Europa, como China o India. Estoy convencido de que seguirá habiendo empresas industriales europeas importantes, pero tienen que gozar de ventajas competitivas más allá del coste. Le aseguro que es un tema importante porque hay algunos países europeos, como Italia o Alemania, todavía muy dependientes del sector industrial, y ¿cuál es su papel? No pueden competir en coste, tendrá que ser en otra cosa, en diseño...
P. En algunas ocasiones, sobre todo cuando se refiere a empresas reguladas, tienen que negociar con los Gobiernos. ¿Es difícil?
R. Las autoridades se han dado cuenta de que si quieren privatizar alguna empresa, cuanto con más claridad se haga, mejor precio se obtendrá. Dicho esto, los reguladores a veces confunden sus objetivos e imponen precios políticos, por debajo del mercado, en lugar de fomentar la competencia, lo que incrementaría la eficiencia de las empresas. En ocasiones ves que hay sectores que el Gobierno privatiza y que luego tienen todavía más burocracia. Creo que tenemos un problema que llevará décadas solucionar y es saber qué papel deben jugar los reguladores en un mercado liberalizado y en el que se quiere fomentar la competencia.
P. ¿Cuál sería su inversión ideal?
R. Lo haría en una compañía fuerte en su sector, con un equipo gestor con visión para crear valor y en un mercado en expansión
P. ¿Y eso existe?
R. Sí, si existe. Pero fíjese que mi respuesta es distinta a la que darían muchos de mis competidores que preferirían comprar barata una empresa que estuviera atravesando dificultades para corregirlas y luego ganar dinero.
"La oferta de dinero va creando demanda de inversión"
"Hoy se está dando una paradoja en el mundo", dice sir Ronald Cohen, y es que los Gobiernos socialistas han privatizado sectores, liberalizado los mercados y reducido los impuestos para fomentar la iniciativa privada. Y esa política, sin embargo, no ha reducido las divergencias en la riqueza, sino todo lo contrario. Quieren que los empresarios, que el capitalismo, cree más riqueza, pero si no la redistribuyen, ¿quién lo hace. La iniciativa privada podría contribuir devolviendo a la sociedad parte de lo que recibe. En ese sentido, las empresas tienen una considerable responsabilidad social".
Cohen se muestra absolutamente partidario de que las empresas colaboren en el desarrollo del entorno en el que están. En ese sentido, afirma que se siente "orgulloso" de la división de inversión social que tiene Apax y que, ente otras cosas, ha ayudado en el desarrollo de un fondo social de desarrollo por 40 millones de libras esterlinas que invierte en las zonas más pobres del Reino Unido, "proporcionando a los emprendedores no sólo dinero", dice Cohen, "sino ayuda para desarrollar sus iniciativas y sus negocios".
Allí donde invierte, Apax se convierte en miembro del consejo de administración como contribución, con su experiencia en el sector de que se trate, a la creación de valor de la compañía. Por lo que se refiere a la idea de que hay sobreoferta en estos momentos en capital riesgo, Cohen lo niega. "Lo que pasa es que hay momentos puntuales en los que la oferta de capital es mayor que las oportunidades de inversión. Pero ese capital después va creando su propia demanda. Cuando yo empecé en 1981 con un fondo de 10 millones de libras esterlinas la gente me dijo que nunca podría invertirlo en el Reino Unido. Nuestro último fondo fue de 3.000 millones de libras. La industria del capital riesgo en Europa es la mitad de la que hay en Estados Unidos. Yo creo que en una década va a duplicarse".
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