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El tripartito convoca la comisión de seguimiento del pacto para rebajar la tensión

Carretero sostiene que el acuerdo del Tinell da pie a varias modalidades de ley electoral

Enric Company

Los tres partidos del Gobierno catalán preparan para la próxima semana una reunión de la comisión de seguimiento del pacto del Tinell para rebajar la tensión provocada en el Consell Executiu por el debate de la ley de ordenación territorial y la ley electoral, que ha hecho tambalear su cohesión. Mientras, el líder de la oposición, Artur Mas, se ofrece a Esquerra Republicana (ERC) para formar con CiU en el Parlament una mayoría alternativa a la del tripartito de izquierdas e impedir que haya una ley electoral que elimine las ventajas que les aporta el sistema "transitorio" utilizado desde 1980.

El objetivo del tripartito es celebrar una reunión en la que los secretarios generales del Partit dels Socialistes (PSC) y ERC, José Montilla y Joan Puigcercós, respectivamente, escenifiquen en público la superación del desencuentro registrado en el seno del Gobierno a propósito de la ley electoral.

Fuentes de ambos partidos indicaron que la primera intención es celebrar esta reunión antes de Navidad, aunque tampoco se descarta atrasarla hasta principios de año. Para el próximo martes está prevista la primera reunión de la comisión del Gobierno formada por los consejeros de Relaciones Institucionales, Joan Saura (Iniciativa Verds); Gobernación, Joan Carretero (ERC), y Justicia, Josep Maria Vallès (PSC-Ciutadans pel Canvi), que debe elaborar el borrador de ley electoral.

En esta reunión se verá si se mantienen las posiciones que han ocasionado el choque. Unas declaraciones de Carretero ayer en una entrevista en Radio Barcelona indican que Esquerra mantiene su rechazo a que la futura ley electoral catalana se atenga a los principios de igualdad del voto y proporcionalidad.

Lo que ha hecho elevar la tensión en esta discusión y la ha convertido en potencialmente muy peligrosa es que, como reiteró Carretero ayer en la SER, el consejero sostiene que no hace falta cumplir la totalidad del pacto del Tinell, que contiene el programa del Gobierno tripartito. En concreto, Carretero estima que no es obligatorio introducir la igualdad del voto, que sí figura en el pacto. En cambio, el PSC e ICV están decididos a poner fin a la situación en la que el voto de los electores de la provincia de Barcelona vale una tercera parte que el de los electores de la provincia de Lleida.

Esta situación fue la que, según han explicado miembros del ejecutivo, obligó el martes pasado al presidente Pasqual Maragall a requerir a los consejeros de Esquerra que defiendan posiciones comunes en el seno del Gobierno y, fuera de él, mantengan el principio de unidad de criterio. Carretero defendió en la reunión del Gobierno que no hacía falta aplicar el pacto del Tinell en este extremo. En cambio, el conseller en cap Josep Bargalló, dijo tanto en esta reunión como en la celebrada el día anterior con Maragall y Saura que su partido está dispuesto a aplicarlo.

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Tanto Maragall como el PSC e ICV estiman que poner en cuestión el cumplimiento del pacto del Tinell equivale a cuestionar la estabilidad del Gobierno. Lo que ha introducido mayor inquietud es que el presidente de ERC, Josep Lluís Carod, afirmara el pasado miércoles que "el pacto del Tinell no es la Biblia" y sostuviera que en algunos puntos es "imposible" aplicarlo. Carretero recuperó ayer esta cuestión desde otro ángulo y dijo que los principios que figuran en el pacto "no tienen por qué tener una única traducción a la hora de expresarse en un sistema electoral".

En un esfuerzo por aparentar unidad, Maragall y Bargalló realizaron ayer conjuntamente una visita a la comarca de Anoia, en la que hay también una viva discusión sobre la división territorial de Cataluña. Tanto los socialistas como los republicanos son conscientes de que la imagen de división proyectada por estos desacuerdos les perjudica gravemente.

El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran, calificó ayer de un "infierno" para Maragall las discrepancias entre el PSC y ERC en el Gobierno, y el presidente del PP, Josep Piqué, pidió la dimisión del consejero de Comercio, Josep Huguet, de quien dijo que se comporta como un hooligan.

Duran y Piqué, escépticos con la reforma del Estatut

Los dos partidos de la oposición catalana recelan del proceso de reforma del Estatut, aunque por diferentes motivos. El secretario general de Convergència i Unió (CiU), Josep Antoni Duran, se mostró escéptico ante el margen de decisión del PSC frente al PSOE y dijo que las propuestas serán "tan delgadas" que la reforma "no servirá para nada". Por su parte, el presidente del PP catalán, Josep Piqué, advirtió de que es "metafísicamente imposible" cumplir con los plazos previstos si el Gobierno catalán sigue como hasta ahora.

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