Los cines muertos

Esta semana será peor que la anterior para aquellos a los que nos gusta el cine. Ese cine que nos presta durante unos minutos otros ojos con los que observar la vida; el cine que nos desvela la realidad que se oculta en nuestra cotidianidad y que sólo descubrimos cuando en la pantalla se proyecta una imagen en la que nos reconocemos; el que nos revela las otras realidades desconocidas que suceden a muy pocos metros de nosotros, ocultas tras una distancia social que rodea con muros invisibles a los barrios de las ciudades. El cine que nos descubre verdades y fábulas extrañas, lejanas en el tiempo y en el espacio, a través de los distintos continentes y culturas, las distintas formas de ver, entender, soportar o disfrutar la existencia.

Esta semana será peor que la anterior porque dos cines de los de verdad se han ido de Málaga, camino del cielo o del infierno de los cines muertos, de las historias que ya no nos contarán y de los sueños que ya no tendremos. Las estaciones desde las que pensábamos tomar el tren hacia donde las películas de Emir Kusturica, de Zhang Yimou o de Takeshi Gitano nos pretendían llevar están cerradas y por eso hay un millón de sitios menos a dónde ir desde Málaga. Es por eso que en esta ciudad algunos nos sentimos más solos, más alejados, más aislados y más ciegos sin esos otros ojos con los que mirar.

Aunque no compensará la pérdida de los cines, sí aliviará nuestra frustración el que se programen más películas en VOS. Muchas hermosas historias no sobreviven a los doblajes realizados con voces neutras, repetidas y reconocidas por los anuncios de la tele. Así que, por favor, no nos nieguen el derecho a oír las voces de los buenos actores en las buenas películas. Nos vemos, un poquito más tristes, en la sesión de las diez.

Siento tristeza por la noticia del cierre de los cines Astoria y Victoria, en este último fue donde mis padres me llevaron a ver mi primera película, donde empecé a apreciar la magia del celuloide en todo su esplendor. Pero los especuladores no entienden de sentimientos ni de arte, sólo les importa el dinero fácil, aunque para ello tengan que pisar el cuello de otras personas, como es el caso de l@s trabajadores de estos cines, que tenían unos contratos muy precarios, incluidos quienes estaban fijos en la empresa Unión Cine Ciudad, propietaria de los también cerrados América Multicines, que carecían de permiso alguno. Cuando las salas iban a ser cerradas, apenas les fue comunicada la noticia con antelación. Siguiendo la empresa su tradición pirata.

Hablando de cosas sucias, el Ayuntamiento honorabilísimo de esta capital se ha prestado veloz a pretender la adquisición de locales en el futuro edificio, no quieren perderse detalle de cualquier negocio especulativo por lo que se ve. Quizá sueñen con algún rascacielos del que tirar las ilusiones de tod@s l@s malagueñ@s desde el ático de sus pirámides. Juan Carlos Lomeña, dirigente de la UGT y con gran responsabilidad en la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, se ha lanzado enseguida a decir que el negocio especulativo es legal. Si personas así son nuestros dirigentes, cabe preguntarse entonces a quiénes tenemos metid@s en la cárcel.