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Reportaje:ZARAGOZA, CAPITAL DE LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL

Explosión de júbilo en las calles

Los vecinos de la capital aragonesa celebrancon entusiasmo el impulso que supondrá para la ciudad la organización de la Expo

La plaza del Pilar era un hervidero de miles de personas a las 18.15 cuando el Buró Internacional de Exposiciones proclamaba, en la segunda votación, el nombre de España. La plaza fue un grito unánime: "¡Zaragoza!". La ciudad estallaba en aplausos. Había ganado la batalla por la Expo Internacional del 2008. Una traca y el Aleluya de Haendel celebraban la victoria. La palabra "Felicidades" se encendía en la fachada del Ayuntamiento y miles de globos azules con el lema "ZH2O" se alzaban al cielo.

Mientras en París se ultimaban las votaciones para designar la sede, los zaragozanos contuvieron la respiración, muchos frente a una pantalla gigante especialmente habilitada para seguir el evento. Allí comenzaron a reunirse desde las 14.00. La espera fue amenizada por el grupo Imaginario Teatro, que actuó muy cerca del Ayuntamiento, bajo cuyo balcón se había instalado un letrero luminoso en el que podía leerse "Expo 2008".

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Tras la proclamación, la euforia continuó hasta pasadas las doce de la noche, cuando se encendió el castillo de fuegos artificiales con el que la ciudad cerraba una jornada histórica.

Por la tarde, las riadas de gentes que bajaban y subían hasta la plaza del Pilar recordaban las multitudinarias manifestaciones que se produjeron en contra del trasvase del Ebro. Pero, a diferencia de entonces, la de ayer era una manifestación de alegría en la que además todos los ciudadanos estaban de acuerdo. Los teléfonos móviles se colapsaron, la gente se abrazaba por la calle. A las diez de la noche se abrieron las puertas del Ayuntamiento. Los zaragozanos entraban para brindar con cava, que el alcalde Belloch les había ofrecido desde París. Las banderas aragonesas ondeaban en la plaza.

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Representantes de los distintos sectores sociales y económicos aragoneses, entre ellos la Diputación, la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios destacaron los efectos beneficiosos que tendrá la elección para la Comunidad de Aragón. Tras conocerse la noticia, comenzaron a llover las felicitaciones. Uno de los primeros en dar la enhorabuena fue el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Después llegaron las felicitaciones del Rey y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que quiso trasmitir su "más ferviente enhorabuena". Los ciudadanos participaron del ambiente festivo a bordo de vehículos, en los bares... Todo era una celebración. Los maños acogieron con aplausos las intervenciones del alcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch; del presidente de la Comunidad Autónoma, Marcelino Iglesias, y de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y durante el festejo, una vez confirmada la proclamación de Zaragoza como sede de la Expo en 2008, se congratulaban de "la gran oportunidad" que supondrá para Zaragoza el evento, el reto más importante de su historia moderna.

Todos tenían el pensamiento puesto en el desarrollo experimentado por Sevilla durante la Expo de 1992. "Ha llegado la hora de Zaragoza, que por fin se va a situar en el lugar que se merece internacionalmente, con inversiones e infraestructuras", comentaba un hombre de 35 años.

El diputado de la Chunta José Antonio Labordeta remarcó que la designación permitirá situar a la ciudad en el lugar que le corresponde tras la "marginación" en la que la dejó el Partido Popular y que servirá para modernizar y recuperar la zona donde se asentará la exposición.

Un momento de la celebración, en la plaza del Pilar de Zaragoza.
Un momento de la celebración, en la plaza del Pilar de Zaragoza.AP

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