El aroma de Chéjov y Borges
Francisco Núñez Roldán publica el libro 'Ofelia Queiroz y otros relatos'
Francisco Núñez Roldán acaba de publicar Ofelia Queiroz y otros relatos en una coedición de Algaida (Sevilla) y Calembé (Cádiz). Cuatro de los relatos de este libro -La penúltima copa, La voz, El plagio y Ofelia Queiroz- resultaron ganadores del I Premio Alfonso de Cossío, convocado por el Ateneo de Sevilla con el patrocinio de La Caixa. Núñez Roldán explica que los ocho relatos que dan cuerpo a esta obra los ha ido acumulando "en parte a lo largo de los años". "Cuando salió el premio cogí tres y escribí uno más. Y los mandé al premio. Tienen mucha reelaboración", comenta el autor, que, nacido en Madrid, reside en Sevilla desde su juventud. Núñez Roldán ganó el premio Luis Berenguer de 1996 con su novela La sota de sombras. El año cinco (1998) fue finalista del XXIX Premio de Novela Ateneo de Sevilla. Guatarral, almirante y pirata logró el II Premio de Novela Picaresca Diablo Cojuelo.
Núñez Roldán ha optado esta vez por escribir relatos "porque hay temas que no es que tengan menos importancia, pero no llegan a tener entidad para una novela". El escritor se confiesa un aficionado a la lectura de relatos. "En la literatura anglosajona la short story es un género prestigioso. Ahora leo a Somerset Maugham: sus relatos de los Mares del Sur", señala. Núñez Roldán desgrana sus autores de relatos favoritos: "Somerset Maugham, Hemingway, Scott Fitzgerald...". "En cuanto a la literatura en español tenemos a Borges, Aldecoa y Juan Benet. Aunque sea para hacer gimnasia con él, me gusta el estilo farragoso y complejo de Benet", agrega Núñez Roldán. El francés Guy de Maupassant es otro de sus autores favoritos de relatos. Núñez Roldán es licenciado en Filología y catedrático de Inglés. Ha publicado la antología El siglo de oro de la lírica inglesa.
Núñez Roldán destaca que entre los ocho relatos de su libro hay tres que son "realistas, en concreto La penúltima copa, El plagio y Presión fiscal". "Los tres son chejovianos", puntualiza. "Los otros cinco son borgianos", añade. El plagio plantea una historia que, a su juicio, se le ha pasado por la cabeza a cualquier escritor: que se apropien de una de sus creaciones. "A mí me pasó una vez una cosa de este tipo", evoca el narrador.
Ofelia Queiroz, el relato que da título al libro, se adentra en el mundo del poeta portugués Fernando Pessoa. "Viendo las cartas publicadas de Fernando Pessoa a Ofelia Queiroz pensé en dónde estará el genio que dentro de 100 años será elogiado por todos, qué pasaría si se supiera que el genio está al lado", dice. El autor hace hincapié en "la tristeza cotidiana y vulgar de esta pareja". "No cuajó la relación porque Ofelia Queiroz vio a Fernando Pessoa poco interesante para ser el padre de sus hijos. Desconfió de aquel hombre delgadito, jesuítico...", asevera Núñez Roldán
Uno de los relatos, La rebelión de los coches, incide en la fascinación del hombre contemporáneo por el automóvil. "Sería pensable que los objetos se rebelaran y tuvieran vida propia. Como ocurre con el robot en la película 2001, odisea del espacio. El objeto se rebela contra quien lo ha hecho Este relato lo escribí hace cinco o seis años, cuando los coches no tenían tantas letras, siglas y acrónimos como ahora", detalla el escritor.
Realidad y fantasía
En varios de los cuentos lo cotidiano y lo real se mezclan con lo fantástico. La mirada de Julio Cortázar planea entonces sobre la escritura. "Cortázar está ahí. Y García Márquez también, con su forma de contar la vida normal de un lugar y meter un detalle fantástico. García Márquez nos influyó más de lo que creemos con su gran novela Cien años de soledad, con su forma de meter detalles irreales en medio de la cotidianidad", comenta.
Núñez Roldán no es partidario de la literatura hermética, de los libros plagados de dificultades para el lector. "James Joyce dijo: 'he tardado media vida en escribir Ulises y Finnegans Wake; que los críticos tarden su maldita vida en descifrarlas'. Yo pienso que quién eres tú para poner deberes a la gente. No debemos putear al lector para que vea lo listos que somos. Eso viene de un engreimiento. Nosotros tenemos la función de ser patio de recreo de la vida. El arte es el patio de recreo de la vida. ¡Si encima lo ponemos difícil! La literatura debe tener belleza y la belleza debe ser comprensible", afirma Núñez Roldán. "Una vez, me quedó grabada una frase del escritor Isaac Babel. Decía que una novela está bien no cuando no se le puede añadir ninguna palabra, sino cuando no se le puede quitar ninguna palabra", concluye.
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