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Una exposición reúne las vidas de sueños y arena de los niños saharauis en Tinduf

Los niños y niñas saharauis que viven en los campamentos de Tinduf sueñan con prados verdes llenos de flores, con cortinas de colores en las ventanas de sus casas, con mariposas multicolores y con lluvias suaves y nubes azules. Eso es lo que se puede ver en los dibujos que desde ayer se muestran en la sala de la BBK de Bilbao (Elcano, 20), donde permanecerán hasta el 5 de enero.

Junto a esas "bellezas soñadas", como las calificó anoche el lehendakari, Juan José Ibarretxe, durante la presentación, cuelgan en las paredes los dibujos de la realidad que viven esos mismos niños: el sol abrasador, las tiendas sobre la arena del desierto, carros y aviones de combate, casas teñidas de rojo, guerra.

La muestra presenta más de un centenar de dibujos con dos objetivos fundamentales: sensibilizar sobre la situación de los campamentos de Tinduf y recaudar fondos para el pueblo saharaui. Los dibujos de los niños se hallan a la venta, a unos precios que oscilan entre los 35 y los 55 euros. El dinero que se consiga con su venta se destinará a la causa de los saharauis.

La iniciativa nació en el verano, tras la visita de la consejera de Educación, Anjeles Iztueta, a los campamentos, donde comprobó que "el 100% de los 32.000 niños entre 3 y 16 años están escolarizados". Fue de la mano del pintor y escultor Nestor Basterretxea como surgieron los dibujos de los niños. Del Sáhara se trajeron 1.200, que se irán exponiendo en las localidades que los pidan, aseguró Iztueta.

La inauguración de la muestra fue aprovechada por decenas de profesores que protestaban en la calle y dentro de la sala por su "discriminación" lingüística en sus puestos de trabajo.

La inauguración de la muestra sirvió también como homenaje al representante del Frente Polisario Mohamed Salem Hach-Embarec, a quien acompañó su esposa, la enfermera guipuzcoana Gurutze Irizar. El <i>lehendakari</i> le hizo entrega de una escultura de Néstor Basterretxea.
La inauguración de la muestra sirvió también como homenaje al representante del Frente Polisario Mohamed Salem Hach-Embarec, a quien acompañó su esposa, la enfermera guipuzcoana Gurutze Irizar. El lehendakari le hizo entrega de una escultura de Néstor Basterretxea.SANTOS CIRILO
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