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Los Mossos detienen a la ocupante del piso incendiado en Empuriabrava

Las administraciones atribuyen las tres víctimas mortales al pánico creado en el edificio

La ocupante del apartamento 3D del edificio El Sol 1 de Empuriabrava (Alt Empordà), en el que el pasado domingo se originó un incendio que ha costado tres víctimas mortales y tres heridos graves, ha sido detenida por los Mossos d'Esquadra como presunta autora de un delito de incendio. El Ayuntamiento de Castelló d'Empúries precisó ayer que la subdivisión del inmueble siniestrado se hizo respetando la legislación y no tuvo influencia en el suceso, en contra del parecer expresado por la consejera de Interior de la Generalitat, Montserrat Tura, a las pocas horas de ocurrir el siniestro.

Los servicios de emergencia y los testigos coinciden a la hora de atribuir las consecuencias mortales del incendio a las situaciones de pánico que se crearon y que comportaron que las víctimas se arrojaran desde las ventanas o intentaran descender por la fachada.

Guadis Marleve V. B., de 31 años y origen ecuatoriano, detenida por los Mossos d'Esquadra en la medianoche del domingo, ocupaba el reducido apartamento siniestrado. Sus vecinos han explicado que no tenía luz ni agua y su puerta permanecía abierta en los últimos días. El alcalde de Castelló d'Empúries, Xavier Sanllehí, no aclaró ayer si tenía contrato de arrendamiento u ocupaba el piso de manera ilegal. Fuentes de la policía autonómica explicaron que deberá ser la investigación judicial la que aclare si la detenida, que tiene antecedentes penales, causó el incendio de manera voluntaria o por una negligencia. El Código Penal tipifica con penas de prisión de entre 10 y 20 años de cárcel "a quienes provoquen un incendio que comporte un peligro para la vida o integridad física de las personas".

Los tres fallecidos murieron a causa de los traumatismos de la caída, aunque uno de los tres heridos hospitalizados, F. M.M., de 26 años y origen paquistaní, tiene insuficiencia respiratoria por inhalación de humo. Los otros dos sufren distintas lesiones: H. K., también paquistaní de 26 años, tiene traumatismo torácico y de pelvis, y F. D. B., de 33 años y origen italiano, tiene fracturas en la pelvis, el sacro, el fémur y el húmero. "Saltó por desespero. No era tan urgente", admitía ayer Olinda Márquez, compatriota y amiga de esta víctima. Aun así, criticó que el primer coche de bomberos que acudió no tuviera escalera.

Otros de los fallecidos o heridos cayeron en sus intentos desesperados de descender por la fachada. "Tres jóvenes intentaron bajar del séptimo al sexto [piso], pero uno de ellos resbaló, se agarró al de al lado y cayeron los dos", explicaba ayer Josep Ferré, jefe de la Policía Local de Castelló d'Empúries. "No era una situación extrema, el aire no era irrespirable", explicó. Pia Bosch, delegada de la Generalitat en Girona, recordó que los servicios de emergencia aconsejan quedarse en casa y no abrir las puertas en caso de incendio hasta que lleguen los bomberos. Bosch aseguró que quizá los inmigrantes desconocían esa recomendación y que existe un sistema público de salvamento.

Obras visadas

El alcalde del municipio aclaró ayer, contestando a unas declaraciones de la consejera Tura, que la vivienda y todo el edificio dispone de todos los requisitos legales y que la subdivisión del apartamento a que aludió la titular de Interior horas después del siniestro se realizó de acuerdo con un proyecto técnico visado por el técnico competente. No obstante, admitió que "es posible" que el edificio no tuviera extintores. Los vecinos consultados corroboran esa posibilidad, aunque el alcalde afirma que la responsabilidad es de la comunidad. La ley obliga a que se coloque, como mínimo, un extintor por planta. Jerónimo López, un vecino, explicó que debieron recurrir a los cubos de agua para mitigar el fuego y que "quizá un buen extintor hubiera salvado vidas".

Otros miembros del consistorio añadieron que el reducido tamaño de las viviendas y su única ventana -circunstancias destacadas por Tura- no tuvieron ninguna repercusión en el siniestro. "Ningún piso tenía balcones, y si la casa hubiera tenido más aberturas serían más ventanas desde las que saltar", zanjó un representante municipal. Dos de las víctimas fallecieron al instante al chocar contra el suelo y otra ingresó en el hospital Josep Trueta de Girona, donde falleció por choque hemorrágico a las 23.30 horas del domingo. Un total de 18 personas del edificio, muy afectado por el humo, continuaban ayer realojadas en un hotel.

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