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La Fiscalía investigó a 3.053 menores por delitos el año pasado y 600 fueron condenados

La fiscal del País Vasco sostiene que la reeducación del menor debe primar sobre el castigo

Cada vez se producen con más frecuencias noticias alarmantes protagonizadas por menores. El caso de Jokin en Hondarribia, que se quitó la vida en septiembre tras soportar el acoso de sus compañeros de instituto, y el suceso más reciente de Santurtzi, en el que un adolescente de 16 años mató a dos amigas prendiendo fuego a una chabola, son los hechos más graves de un amplio espectro delictivo que va desde una pintada, al robo de un disco, el tráfico de estupefacientes, los desórdenes públicos, la violación y el homicidio. Se estima que los menores cometen el 10% de todos los delitos.

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La Fiscalía de Menores del País Vasco investigó el pasado año 2.359 casos, en los que estaban implicados 3.053 jóvenes. De ellos, 600 fueron condenados (387 en Vizcaya, 145 en Guipúzcoa y 68 en Álava). Al resto se les aplicaron otras medidas recogidas en la ley del Menor, en vigor desde 2001. "Ante determinados hechos muy graves, se critica el que no se adopten medidas contra los menores, lo que no es cierto. No hay impunidad. Se sanciona, se castiga, pero se hace de forma adecuada, teniendo en cuenta sus circunstancias. Buscamos la reeducación del menor más que el castigo que reclama la víctima. Pero comprendo que las víctimas no lo entiendan, porque quieren un castigo", comenta la fiscal de Menores del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

La ley del Menor ofrece gran variedad de respuestas a las infracciones (el equivalente al delito en el caso de los mayores) perpetradas. Además, siempre tiene en cuenta las circunstancias personales, sociales y familiares de cada joven. Por ello, explica la fiscal, dos menores que cometen juntos la misma acción no siempre reciben la misma respuesta judicial. A veces, resulta suficiente con que los padres impongan al infractor un pequeño castigo o que pida perdón a su víctima -lo que se entiende por conciliación- y repare el daño moral y material, si lo hubiere. Por su parte, la víctima puede expresar al joven en ese acto el daño infligido. "Es muy importante la acción de la disculpa, del perdón". En Euskadi se registraron más de 200 actos el pasado año.

Castigos

En otros casos, el infractor tendrá que realizar prestaciones sociales a favor de la comunidad para reparar su acción. En los hechos más graves, deberá ingresar en un reformatorio de régimen cerrado. El castigo más duro para casos de homicidio es de ocho años de internamiento y otros cinco más de libertad vigilada con citas periódicas con un educador.

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En el caso del doble homicidio de Santurtzi, la Fiscalía estimó, teniendo en cuenta las circunstancias que concurrieron, que la mejor solución era el internamiento cautelar del autor en el centro cerrado para menores de Zumarraga, donde permanece pendiente de juicio.

La Fiscalía considera que no debe haber colisión entre los intereses del menor delincuente y los de la víctima, y ni colisión alguna entre su papel de intructor del caso y protector del menor. "Somos los más objetivos para intentar buscar la mejor solución, que es entender a la víctima y entender al menor. Tengo muy claro que si un menor infractor ha hecho algo, también hay una víctima detrás de él a la que tengo que tratar con cuidado. Pero, al mismo tiempo, entiendo que el menor necesita una respuesta adecuada. No voy a buscar la venganza", sostiene la fiscal.

La inmensa mayoría de los sucesos protagonizados por menores son de naturaleza leve. En 2003 estuvieron implicados en algún tipo de delito 969 menores de 14 y 15 años, y otros 1.224 de 16 y 17 (la ley diferencia ambos grupos de edad), en Vizcaya; 219 y 280, respectivamente, en Álava; y 594 y 263, en Guipúzcoa. El delito más común fue el robo en sus diversas modalidades. Así, en Vizcaya se cometieron 388 robos con violencia e intimidación, 238 robos con fuerza y 326 hurtos. Se registraron también 375 casos de lesiones, consistentes generalmente en peleas en discotecas, y muy por debajo están 47 infracciones por tráfico de drogas y nueve agresiones sexuales o vejaciones, entre más de una decena de posibilidades delictivas. Curiosamente, no se recuerda la existencia de detenciones de menores por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. A pesar de lo que pudiera parecer por su repercusión mediática, la Fiscalía estima que no se ha producido un incremento de infracciones en los últimos años, sino que éstas se conocen y denuncian más.

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