Osasuna apela a la testosterona

El fútbol antiguo, de raza y linimento, tuvo la oportunidad de revivir en un duelo de vecinos tenso y trepidante. Osasuna se amparó en la altura de sus delanteros para ofrecer una magistral sesión de desbordes y balones colgados al área, encabezados por Valdo, espectacular en su actuación, y secundado por el gigante Morales, que ha marcado en sus últimas cinco comparecencias.

El Zaragoza, sin embargo, se mostró más cauto y ramplón y sólo dispuso de dos tiros entre los tres palos. Eso sí, con pleno acierto. Las carencias en los extremos, Savio y Cani apenas se dejaron ver, y la falta de balones a Villa lastraron al equipo aragonés y lo condenaron a intentar la jugada larga o a sorprender con el disparo lejano.

El encuentro comenzó con el gol del potente delantero Morales, que aprovechó un inteligente y preciso pase entre los centrales de Valdo, y batió de potente tiro raso a Luis García. Con el dominio total del cuero, sólo un error defensivo pudo traer el primer gol. Tras una jugada embarullada, un pase desde el lateral fue mal despejado por la zaga navarra y quedó a los pies de un inédito Óscar, quien libre de marca, coló el esférico entre las piernas de Elía.

Ni Webo ni Morales lograron aprovecharse de los centros de Valdo y, ya en la segunda mitad, llegaría el segundo error de la defensa, el teórico punto fuerte de los navarros y su tabla de salvación a lo largo de la historia. Óscar lo aprovechó. Segundo disparo y segundo gol. Otra vez más dosis de garra y testosterona hasta que Puñal, de penalti dudoso y en segunda instancia, logró el empate.